sábado, 26 de octubre de 2024

El bisturí de Rubi comienza a enderezar al Almería

El bisturí de Rubi comienza a enderezar al Almería
El técnico catalán empieza a ver los frutos del trabajo en el campo, y del cambio de mentalidad de la plantilla. A pesar de planificar un fútbol más vistoso, ha tenido que variar el rumbo para encontrar un equilibrio que parecía imposible de alcanzar.

Juan Antonio Manzano
25 de octubre de 2024


Rubi trata de reactivar al grupo. UD Almería

Cuando Rubi aterrizó en la Unión Deportiva Almería en abril de 2021, el club buscaba en el técnico catalán un líder que terminara de cohesionar un grupo que, en su segunda campaña con la nueva propiedad, no terminaba de ser solido aspirante al ascenso a Primera División. Nada más aterrizar, y tras un final de liga titubeante, disputó una promoción de ascenso que duró solo diez minutos, tiempo en el que el Girona dejó sentenciada la eliminatoria.

Durante ese verano del 21, con posibilidad de hacer recomendaciones en la configuración de la plantilla y partiendo de cero, pudo configurar un grupo que al final de la temporada 21-22 logró el primer título en la historia de la entidad y, como consecuencia de ello, el ascenso a Primera División. El club alcanzaba el objetivo marcado y Rubi pasaba a integrar la nómina de entrenadores leyenda, junto a José María Maguregui, Unai Emery y Javi Gracia, que llevaron a la ciudad a tener un equipo en la máximo categoría.


Rubi, en el duelo contra el Albacete. Carlos Barba DIARIO AS

Dos años después de aquel logro, la UD Almería volvía a apostar en Rubi el futuro de un equipo que se había descompuesto en el que tenía que haber sido el año de la consolidación en la categoría de oro del fútbol español. Durante el verano se encontró a una plantilla desmoralizada, apática con el retorno a Segunda División, distraída con las tentaciones del mercado y con una sola incorporación que refrescara las ideas.

El verano de Rubi no fue sólo de trabajo de campo, también tuvo otras tareas “no tan secundarias”. Intentar exprimir al máximo las virtudes de un equipo plagado de arquitectos, tratar de convencer a los jugadores de que este obligado paso atrás permitiría acumular inercia para hacerse más fuertes en el futuro, y tratar de hacer ver a la entidad de que hacía falta sangre fresca para no tener tropiezos desagradables, fueron las escalas que también hubo de sortear el técnico de Vilassar de Mar. Eso sí, tenía la confianza plena en que el reinicio mental iba a ser una realidad en cuanto el balón comenzara a rodar. Pero no fue así.


Alineación del Almería en Tenerife en partido saldado con victoria. UD Almería

Los cinco primeros puntos acumulados en las jornadas iniciales fueron un espejismo sobre la realidad que se palpaba en el terreno de juego. Un equipo débil en defensa y estructuralmente inmaduro para lidiar en una categoría diferente para la que fueron fichados contrastaba con la experiencia de los futbolistas que integran esta plantilla. Semejante situación ha convertido cualquier valoración sobre el potencial del grupo, en un oxímoron bastante desagradable para la afición.

Rubi, desde su primera etapa en el Almería apostó por un dibujo táctico de 1-4-2-3-1, con la variante del 1-4-3-3, pero siempre poblando de futbolistas creativos el medio campo, para ganar una batalla que hasta el momento le había dado frutos. Pero este año la historia estaba escrita con un trazo mucho más irregular. Después de sonoros tropiezos e imágenes próximas al ridículo por la actitud y nerviosismo de los jugadores sobre el terreno de juego, Rubi decidió que era el momento para tocar alguna pieza extra y modificar el plan diseñado durante el verano. De ahí que, en la jornada 8, diera paso a un 1-4-4-2 bastante clásico pero que sirvió para sumar la primera victoria del campeonato en casa… y con diez jugadores durante casi una hora de juego. Se había abierto una ventana a la esperanza.


Los goles de Luis Suárez están relanzando. CARLOS BARBA Diario AS

El sistema se ha venido repitiendo desde entonces: Oviedo (derrota), Zaragoza (victoria) y Albacete (victoria). Los resultados son una referencia, pero la imagen del equipo empezaba a cambiar. Claro que no todos los jugadores han estado a la altura y también ha tenido que meter tijera ahí. Ayudado por las lesiones, sanciones y decisiones propias, consensuadas con su grupo de trabajo, el entrenador dio galones a Pozo en el lateral derecho, hizo despertar del letargo a Baba, inyectó adrenalina a Lopy, llevó paz interior a un ansioso Luis Javier Suárez y, finalmente, hasta ha recuperado a San Fernando I de Almería para la portería. Todos tienen un denominador común, compromiso y esfuerzo.

Desgraciadamente para la figura del entrenador, el técnico se lleva todos los castigos por los pecados de los jugadores en el campo, pero también está al margen de la loa cuando llega el éxito en forma de victoria. Lo tienen asumido. Pero es de justicia reconocer que el bisturí del preparador barcelonés está siendo quirúrgica para remendar el problema de esta plantilla… o al menos parte. La prueba más reciente estuvo en el partido ante el Albacete.

El partido contra el Castellón fue una pesadilla. CARLOS BARBA Diario AS

Después de una primera parte defectuosa, con duelos perdidos e identidad diluida, el diagnostico no pudo ser más certera. Melero por Radovanovic y Arnau por Nico Melamed; Edgar pasa a ser central, Baptistao ayuda en banda a Centelles, Arribas pasa a la media punta, Arnau ayuda a Pozo, Melero da equilibrio con Lopy y Edgar a tapar el agujero del central. ¡Bingo! A los cuatro minutos de la reanudación, Arnau y Baptistao hacen el 2-1. Ocho minutos más tarde, Luis Javier Suárez se hace más líder goleador anotando el tercero. Aún quedan algunas dolencias que sanar, pero el Doctor Rubi ha encontrado la página correcta del Vademécum para curarlas.
El bisturí de Rubi comienza a enderezar al Almería - AS.com

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