Rutinas que matan
Las sesiones de recuperación se caracterizan porque los titulares en la jornada anterior llevan a cabo un trabajo muy suave. / JAVIER ALONSO
Aparentemente ajeno a las dieciséis jornadas en descenso y a la racha sin ganar fuera (1 de 41), el plantel retoma el trabajo con caras distendidas y relax sobre el césped en sesión de 'recuperación'
PACO GREGORIO Almería, 08 Febrero, 2017
Nada nuevo bajo el sol mediterráneo en el inicio del trabajo semanal para la UD Almería tras disfrutar el lunes de jornada de descanso. Como viene siendo tradición inamovible desde que Fernando Soriano se hiciera cargo del equipo, independientemente del resultado y del rendimiento individual y colectivo en la jornada anterior, ayer martes (y pese a jugarse en sábado) tocó la típica sesión de recuperación en el anexo, caracterizada porque quienes fueron titulares en Vallecas ven tendidos sobre el césped cómo el resto de compañeros disputan pachangas en dimensiones reducidas. Eso sí, tras el pertinente trabajo de 'reactivación muscular', no vaya a ser que el preparador físico de turno (el Almería tiene dos en nómina) eleve queja formal.
El plantel, aparentemente ajeno a las dieciéis jornadas que acumula en descenso o a la sonrojante racha de derrotas a domicilio (se ha ganado un único partido, el de Ponferrada el curso pasado, de las últimas 41 salidas, que se dice pronto), encaró el entrenamiento con rostros distendidos, sin atisbo de preocupación ni una voz más alta que otra por parte del técnico para hacer correcciones durante los ejercicios o llamar la atención de algún futbolista que se toma con más relax del deseado el asunto.
MOTTA ALUCINÓ AL VER EN EL VESTUARIO A LA GENTE CON EL MÓVIL MIENTRAS SORIANO HABLABA
Mientras las notas oficiales hablan de intensidad en el trabajo, lo cierto es que Soriano saldría muy mal parado de una comparativa con cualquier sesión preparatoria de la época de Unai Emery, cuando todos y cada uno de los futbolistas, igual daba que se considerasen titulares o suplentes, saltaban al anexo enchufados sabiendo que en cuanto el técnico vasco apreciase un mínimo bajón en la tensión mandaba a la ducha al más pintado.
Con el maño todavía no se ha dado esa testitura en lo que va de curso, al menos de puertas hacia afuera, como tampoco se le ha visto replicar en público las actitudes indeseables de algunos de sus jugadores, que luego sí se ventilan en otros foros porque el lema de que todo queda en la caseta es la mayor mentira del fútbol.
Lo grave del asunto son episodios como el que aconteció con Motta la primera vez que pisó el 'santuario'. Según cuenta un testigo de la escena, el italiano, que ha estado en vestuarios como el de la Roma o la Juventus, alucinó al comprobar que muchos compañeros atendían el móvil en actitud pasota mientras Soriano se dirigía a ellos. Atónito, le preguntó a un utillero si eso era habitual.
Hay casos particulares como el de Ximo, al que uno de los capitanes ya lo ha dado por caso perdido después de intentar razonar con él por activa y por pasiva que con la actitud que está teniendo este curso no van a ningún lado.
Para que las cosas cambien, debe existir primero voluntad de cambio. Y eso no es precisamente lo que emanan los entrenamientos de la UDA. La rutina está matando poco a poco a este Almería y nadie del cuerpo técnico se muestra competente para remediarlo.
Rutinas que matan
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