Medidas incomprensibles
Soriano se interesa por Quique al marcharse conmocionado del partido ante el Girona. / JAVIER ALONSO
La grada no entiende una serie de decisiones que han minado al equipo en lo deportivo, insostenibles en muchos casos tirando de las estadísticas
PACO GREGORIO 14 Febrero, 2017
En el proceso de erosión que vive el equipo con la grada mucho han tenido que ver una catarata de decisiones, cuando menos incomprensibles, adoptadas por el cuerpo técnico y asumidas por la Comisión Deportiva, que han minado en lo deportivo al plantel. Dichas medidas se desvelan insostenibles si se tira de estadística y apuntan a que priman otros intereses por encima de los méritos contraídos.
ALGUNAS DECISIONES SON INSOSTENIBLES Y APUNTAN A QUE EN EL VESTUARIO NO PRIMA LA MERITOCRACIA
Despedido el último día del mercado invernal, y no sirve como eximente que se le avisara unas semanas antes, pese a ser en ese momento el jugador número 12 del plantel en cuanto a minutos disputados, solo por detrás de Fran Vélez entre los mediocentros en nómina del equipo. Una decisión a todas luces incomprensible y carente de objetividad desde el punto de vista estadístico.
El nigeriano empezó la temporada hecho un toro, con dos goles incluidos en las primeras jornadas para pasar luego a la suplencia y últimamente ni tan siquiera entrar en la lista de convocados. Un misterio sin resolver que el único mundialista del plantel, a sus 24 años, esté infrautilizado. La única explicación plausible es una falta de entendimiento para renovar su contrato, que vence el próximo mes de junio.
Otro caso digno de estudio. El portugués llegó desde el Atlético Kolkata indio como Borja, con buenos informes por parte del gallego. En su presentación dijo que estaba en condiciones físicas óptimas para jugar lo antes posible, pero no entró en la convocatoria para Vallecas ni ante el Girona. Soriano considera que aún no presenta la forma adecuada.
La situación de Sereno encauza con la de Motta. El italiano llevaba más de medio año sin equipo y, por tanto, sin competir, a diferencia del luso, que acabó la liga india a finales de diciembre. Frente al Girona, no obstante, y pese a tener a Isidoro disponible (Ximo fue castigado por bajo rendimiento) optó por el ex de la Juve. Mantuvo el tipo en la primera mitad y en la segunda se le vio 'tieso'.
Está sufriendo lo que ha dado en llamarse el 'síndrome Michel', ya que ha experimentado idéntico bajón en el rendimiento que el brasileño el curso pasado justo cuando se alcanzó el mes de enero y como agente libre se hizo evidente que no iba a renovar el contrato. Con Isidoro sin el punto óptimo, Soriano tuvo que aguantarlo en el once pese a cuajar partidos muy deficientes.
La decidida apuesta por Fran Vélez como pivote, sea quien sea el rival, se juegue como local o visitante, tenga a su lado a uno u otro compañero, ha terminado por desesperar a la afición rojiblanca, al punto de entender que el técnico maño está premiando el 'amiguismo' por encima de la calidad futbolística. Su renovación fue la gota que colmó el vaso.
Desde que convirtió al canterano Joaquín en el eje inamovible de su zaga, Soriano ha probado indistintamente con Trujillo o Morcillo a su lado, poniendo a uno u otro sin razón aparente. Al central madrileño tuvo que sacarlo del once por sus continuos fallos en la primera fase de la competición, mientras que no le gustan los descuidos del valenciano ni su escaso afán a la hora de hacer las transiciones defensivas cuando sube al ataque.
El absurdo pulso que ha mantenido con el malagueño quizá simbolice del mejor modo la cuestionable gestión del vestuario que está acometiéndose. La cosa llegó al punto de que la grada se pronunció a favor del futbolista con una cerrada ovación ante el Nástic. Públicamente el propio técnico puso en duda el trabajo defensivo del mediapunta e insinuó que las loas periodísticas lo estaban confundiendo.
El senegalés fue una de las peticiones expresas de Soriano para reforzar el plantel en verano. Costó sacarlo del Zaragoza porque tenía contrato en vigor y no quiso perdonar ni un euro. Meses después su aportación deja mucho que desear y sus despistes le han costado bastantes puntos al equipo. Un fiasco en toda regla en una posición determinante.
Se dice que en el pecado va la penitencia y el Almería ya está pagando no haber hecho bien los deberes en el mercado invernal, cuando sobre la bocina perdió la posibilidad de firmar a un delantero centro que mejore lo que hay. La ausencia de un plan B obliga a fichar a algún jugador en paro, pero a Soriano no le acaba de convencer Kalu Uche, el único que no necesitaría adaptación.
Medidas incomprensibles
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