La tormenta perfecta. La UD Almería quiere frenar a un Rayo Vallecano, en crisis, para comenzar una 'nueva vida'
JUANJO AGUILERA | ALMERÍA 5 febrero 2017
Marco Motta espera a Karim Yoda -los dos están en la convocatoria para el partido de hoy en Vallecas-. / J. J. A.
La de la película de Wolfgang Petersen es una 'pelea' entre el hombre y los dioses del mar; la del Almería hoy en Vallecas será una 'lucha' entre dos equipos que lo están pasando mal, pero en un escenario propicio para que el Rayo pueda hacer daño, porque conoce el 'mar' en el que navega y sabe manejar esa situación para que naufraguen en ella 'naves' enemigas. El Almería lleva mucho tiempo naufragando en 'mares' que, aunque conoce, no es capaz de dominar. Pero el mercado invernal ha permitido que lleguen nuevos 'marineros', puede que duchos en situaciones complicadas, y la ocasión es propicia para izar velas y enderezar rumbo hacia aguas tranquilas de los mares del norte de la clasificación.
Seguro que deberá adaptarse al espacio, porque este promete 90 minutos de zozobra, de intensidad, pero con premio si se maneja la situación. Con tanto tiempo sin conquistar 'puerto' ajeno, hacerlo hoy tiene muchas ventajas o, por lo menos, las suficientes como para mirar con cierta alegría hacia el horizonte. Ganar es hacerlo por primera vez esta temporada lejos de casa para igualar los números del pasado año; es encadenar dos victorias seguidas, igualando también lo de la pasada temporada -al ganar en Ponferrada se hizo bueno el punto de la semana anterior en casa ante el Alcorcón y se lograba, una semana después, sumar ese segundo triunfo al derrotar al Bilbao Ath.-. Pero, sobre todo, lograr los tres puntos es engancharse a la categoría, dejando en Vallecas la intranquilidad, pues podría meter a los vallecanos en descenso, zona de la que saldrían los de Fernando Soriano, que acumulan quince jornadas en esa zona, con cinco de ellas -las últimas- de forma consecutiva.
Otro panorama
Cierto es que el partido de Vallecas llega con otras sensaciones. Más allá de lo que pudiera suceder la pasada semana frente al Real Oviedo, donde el equipo dio dos imágenes diferentes, con una primera parte en la que primó, en cierto modo, la fortuna y un buen trabajo defensivo y una segunda en la que se vieron otras sensaciones más positivas, ahora los rojiblancos recuperan efectivos y no es que los que jugaron la pasada semana lo hicieran mal.
Soriano recupera a tres jugadores que no pudieron estar frente al equipo carbayón, lo que supone una ventaja, sin duda, para el técnico, que dispone de los que elegir, además de que facilita la posibilidad de que todos jueguen en su sitio, caso que ocurre exclusivamente con Ximo Navarro, pero la noticia es la recuperación de Nano, para que actúe por la banda izquierda uno de los jugadores más en forma del equipo rojiblanco.
A partir de ahí se forma un bloque que podría disponer de casi los mismos once hombres que el pasado domingo dejaron, con la victoria sumada, cuatro semanas de derrotas y mala imagen en alguna de esas citas, sobre todo en Reus, que hizo que se desatara otra tormenta de 'truenos, rayos y centellas' que dejó marcados a algunos de los que actuaron entonces, aunque el único que ha pagado los 'platos rotos' haya sido José Ángel , que jugó aquel día su último partido.
Lo cierto es que la llegada de jugadores como Borja Fernández o Javi Álamo, que lo hicieron para 'besar el santo', deparó otra imagen, incluso en Cádiz, a pesar de la derrota sufrida. El orensano porque ha dado un equilibrio y una estabilidad en su zona que no había antes, mientras el canario da profundidad, a pesar de que en su primera cita no diera el resultado por falta de conexión con los de arriba. Los dos apuntan a continuar en un once donde las dudas pueden estar en si repetirá Ángel Trujillo, que cumplió positivamente ante los carbayones, o volverá Jorge Morcillo, con Joaquín como hombre fijo.
La sala de máquinas y el gol
Borja Fernández repetirá en el centro del campo por aportar la experiencia que en esa parcela no tenía el equipo. Puede que lo haga con Fran Vélez como acompañante, con Javi Álamo por una banda y Antonio Puertas, por la otra. También podría volver al once Fidel, tras cumplir sanción. José Ángel Pozo, en la posición de enganche, parece fijo después de la exhibición realizada el pasado domingo. Quique González sería el hombre en punta, para tratar de aprovechar su vuelta al 'matrimonio' con el gol, del que se había separado en las cuatro derrotas encajadas de forma consecutiva por los rojiblancos.
Enfrente un Rayo metido en líos, los mismos en los que está la UD Almería, porque no gana con continuidad y eso está provocando que el equipo de Rubén Baraja sufra en plazas para las que no estaba hecho, cuando, al término de la pasada temporada, descendió de Primera. Y, pese a que sólo ha estado tres veces en zona de descenso, vive ahora de forma peligrosa andando 'por el alambre', como consecuencia de una racha de seis partidos sin ganar en los que sólo ha sumado los puntos de tres empates, dos de ellos en casa.
En crisis
El partido le llega al Rayo en el peor momento de la temporada por varios factores que han envuelto en un clima de pesimismo todo lo que rodea al club. Uno es la crisis que el equipo vive a nivel deportivo, con diez puntos de treinta posibles. El otro es a nivel institucional después del revuelo que se ha montado tras la cesión frustrada del delantero ucraniano Roman Zuzolya, al que la afición no quiere por Vallecas debido a su supuesta ideología neonazi.
Además, el partido estará envuelto de un tono crítico por parte de la afición, que, según informó la plataforma de peñistas ADRV, realizará a los 13 minutos una tremenda pañolada y a los 24 las bufandas ondearán para acompañar los cánticos hacía el presidente Raúl Martín Presa en contra de su gestión.
Con estos factores, las posibilidades de éxito del Rayo pasan porque los jugadores se abstraigan y mejoren la imagen que han venido dando en los últimos choques, puesto que llevan seis jornadas sin ganar.
El telón de fondo en cuanto a resultados son 25 puntos en 23 jornadas, los mismos números que en la 2003/2004, en la que el Rayo terminó descendiendo a Segunda B.
Rubén Baraja ha dejado fuera de la convocatoria por decisión técnica a pesos pesados como el centrocampista Trashorras, el delantero Miku y el central Zé Castro, lo que le obligará a hacer cambios y apostar por otros jugadores para refrescar un once titular que mejore las prestaciones del equipo.
La tormenta perfecta
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