Cuando el Almería no llegaba nunca a fin de mes
Pepe Meca y Pedro Antonio de Alarcón no lo tuvieron fácil como presidentes.
Archivo La Voz.
Antes en Almería entrabas en descenso y no cobrabas ni un duro y venían de la AFE
15/02/2017, 9:40:Tony Fernández
No hace de esto ni 20 años. Aquellos Almerías de la guerra fría, Poli y Ceefe jugaban para ganar y ganar dinero. Los jugadores firmaban los contratos sabiendo que si no cumplías con los objetivos deportivos a final de mes lo notabas.
No había más dinero que el de los abonados y lo que salía del bolsillo de los presidentes. Todos tenían claro que el cemento en la grada llegaba con las derrotas y a final de mes se notaba en la nómina.
Los jugadores competían sabiendo que una mala racha les podía llevar a no cobrar un mes y el siguiente y al otro. Hasta cuatro mensualidades pendientes llegaban a acumular y no pasaba nada.
El Almería Ceefe cumplía más con la nómina pero en el Poli sus futbolistas eran accionistas indirectos y más valía ganar para cobrar puntualmente.
Hoy el jugador rojiblanco lo tiene todo. Gane o pierda a final de mes llega la nómina. No hay presión. Lo que se firma se cobra y si el club se demora llegan de la mano la Liga y la AFE para que cumplan.
Antes (hace 20 años y menos) la información deportiva llevaba de la mano la situación económica de los clubes. En las entrevistas a los presidentes y a los jugadores era de ley hablar de las cuentas del club.
Muchos debían el alquiler y otros se metían en un piso a compartir porque no les llegaba. Eran otros tiempos. Dolía más la derrota. Les dolía más el bolsillo.
Aquello no estaba bien. Los clubes no dejaban de pagar por castigo. Y los jugadores a base de triunfos sabían que llevaban más gente al estadio y las taquillas ayudaban para cobrar puntualmente.
Ya no quedan jugadores sin cobrar. Ya las SAD con la LFP y la AFE han borrado del mapa las deudas con los profesionales.
Hoy los jugadores ganan siempre. Ganen o pierdan el día 30 llega la nómina. Nada que ver con aquellos tiempos de la guerra fría cuando el Ceefe pagaba y el Poli adeudaba.
Lo más bonito de esta historia es que los que cobraban puntualmente a veces se veían superados en el campo por aquellos que debían el alquiler.
Cuando el hambre de triunfos era real.
Si yo les contara...
Hambre en el vestuario
No hay comentarios:
Publicar un comentario