sábado, 28 de enero de 2017

Esteban, César y Maxi, rojiblancos y carbayones

Esteban, César y Maxi, rojiblancos y carbayones
J.L. BRETONES 28 Enero, 2017

Era el mes de enero de 1974. La AD Almería militaba en Tercera División y participaba en la Copa del Rey. En la primera eliminatoria el rival fue el Castilla. En campo del filial del Real Madrid empataron a dos y en la vuelta en el temido Estadio de la Falange, el Almería perdía 0-2 en el descanso. Pero en una segunda parte antológica, los rojiblancos le dieron la vuelta al marcador y el resultado final fue de 4-2 tras una prórroga.

En la siguiente eliminatoria, tocó un rival de campanillas: el Real Oviedo, que vivía sus años de esplendor en Primera, con una delantera terrible, con Marianín y Galán. Pero tenían que jugar en el durísimo Estadio de la Falange, un campo de tierra. El partido se jugó a las 3'30 de la tarde, ya que los focos no garantizaban luz si se hacía de noche. Aquella tarde de miércoles se cerró el comercio en toda Almería aunque no los colegios, por lo que más de uno debimos hacer encaje de bolillos para ir a ver el gran acontecimiento futbolístico. Como en el campo sólo cabían tres mil personas, hubo que instalar gradas supletorias, de las que el Ayuntamiento ponía en la Feria. Más de cinco mil personas entraron en el campo, cuando una entrada normal entonces era de mil.

Aquello fue una fiesta. Ben Barek, entrenador del Almería, alineó a: Aramayo; Zapata, Murcia, López; Gil, Maxi; Rojas, Unamuno, Belmonte, Artero y Morales. A la media hora ya ganaba la AD por 2-0, con goles de Artero y Belmonte, y los ovetenses no se adaptaban a la dura tierra del campo. Pero en la segunda parte, Galán redujo distancias y la eliminatoria quedó en el aire. Fue la primera gran victoria en la historia.

Sin embargo, lo mejor vino tras el partido de vuelta que, como era de esperar, ganó el Oviedo 4-1. Maxi, que no solía ser titular, se quedó en la ciudad asturiana y no regresó con el equipo. El motivo era sorprendente: el bravo lateral izquierdo almeriense (que aquel partido jugó en el mediocampo) había fichado por el Oviedo. De Tercera a Primera en tres días. Aquel domingo ya fue titular ante el Valencia.

Maxi regresó a la A.D. Almería la temporada del ascenso a Primera, la 1978-79 tras haber permanecido cinco en Oviedo. Aquí jugó hasta la desaparición del equipo. También vino aquella temporada otro histórico ovetense al Almería: el portero César, que también estuvo con los rojiblancos hasta el final. Fueron vidas deportivas paralelas: vivieron el esplendor y la caída de la mítica AD Almería.

Muchas temporadas después, otro guardameta vistió los colores rojiblancos y azulones. Fue Esteban Suárez, ovetense de nacimiento, quien se hizo con la portería de la Unión Deportiva Almería en 2011 (aunque había llegado tres años antes) y cosechó un ascenso y una permanencia en Primera. Mañana domingo volverá con el equipo carbayón.
Esteban, César y Maxi, rojiblancos y carbayones

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