2-1: Hogar, dulce hogar… cuarta victoria consecutiva del Almería en casa
Golazo de Antonio Puertas para abrir el marcador. De un posible 3-0 se pasó al 2-1 en el tramo final del partido
11/12/2016 | Almería
En el minuto 5 Quique tuvo ya la primera oportunidad
El Almería logró frente al Mallorca su cuarta victoria consecutiva en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, convertido en un auténtico fortín en el que los rojiblancos suman de tres en tres, lo que les puede valer para salir de nuevo del descenso en función de los que resultados que se den en el resto de la jornada. El equipo se muestra seguro en casa y si en esta ocasión no tuvo tanta brillantez como en ocasiones anteriores, sí mostró madurez y experiencia para resolver un encuentro que generó incertidumbre al final cuando de un posible 3-0 se pasó al 2-1.
Fernando Soriano volvió a contar con Morcillo en el centro de la zaga y con Diamanka en la medular una vez que el primero se recuperó de su lesión y el segundo cumplió sanción. Por lo demás, dio continuidad a la formación para afrontar un encuentro ante un Mallorca que llegaba al Mediterráneo con nuevo entrenador.
Durante los primeros minutos pasaron muchas cosas en las áreas. Los visitantes generaron peligro a balón parado, bien resuelto por Casto, y los locales también tuvieron claras oportunidades como una de Quique en el minuto 5 tras un saque de esquina, así como decisiones polémicas del árbitro que no advirtió penaltis en sendas jugadas de Pozo.
En este intercambio de golpes, de sucederse las alternativas, el Almería parecía no estar cómodo, pero poco a poco fue imponiéndose con sus señas de identidad: Intensidad, verticalidad, elaboración de jugadas, calidad… como la que exhibió el almeriense Antonio Puertas para poner el 1-0 en el marcador. El rojiblanco recibió un balón en la derecha, se fue yendo hacia el centro dejando atrás a varios rivales y lanzó un disparo colocado al palo contrario, al más puro estilo Messi, que fue imposible para el portero del Mallorca.
El gol dio mayor tranquilidad al conjunto de Fernando Soriano, que ya mandaba sobre el campo, aunque debía tener cuidado con las rápidas transiciones de rival. Nuestros representantes pudieron ampliar el marcador en un centro de Fidel que no pudo rematar Quique al adelantársele un defensa (minuto 34); y en una brillante jugada iniciada por Diamanka, y continuada por Fidel y Nano, que finalizó éste con un remata que se fue rozando el palo (minuto 40), sin olvidar que en el 44 Quique pudo ser objeto de un claro penalti, lo que desquició a la afición y a los rojiblancos. No era para menos.
Con 1-0 se llegaba al descanso y a los pocos minutos de la reanudación, en el 8 concretamente, Fidel lograba el 2-0 y encarrilar la confrontación al materializar un claro penalti por mano de un defensor del Mallorca dentro del área después de un centro del incansable Nano.
El entrenador del Mallorca comenzó a mover el banquillo y puso en liza a los dos delanteros que tenía como suplentes, Lekic y Oscar Díaz. Los bermellones comenzaron a empujar, pero el Almería hacía un buen trabajo en defensa, para luego intentar salir a la contra o jugar al toque para ralentizar la confrontación. En un caso u otro, las continuas faltas del adversario evitaban que el conjunto almeriense tuviera continuidad en su fútbol. En este sentido Pozo fue la principal “víctima” de los mallorquines.
El Mallorca lo seguía intentando y en el 80 Lekic mandó fuera la pelota en una clara ocasión. Pero para clara, clara, la que tendría el Almería en 83 cuando Corona lanzó desde el borde del área un duro disparo que no pudo atajar el meta Cabrero, y Quique, a puerta vacía, mando al palo. Del posible 3-0, se paso en dos minutos al 2-1 porque en el 85 los visitantes acortaban distancias a la salida de un córner. De aquí y hasta el final, los rojiblancos supieron gestionar la situación y sumar tres puntos más.
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