JUANJO AGUILERA | ALMERÍA 20 noviembre 2016

Los rojiblancos celebran el segundo gol del partido frente al Elche. / J. J. MULLOR
Las derrotas tardan mucho en curarse, más de lo deseado -Casto decía el pasado lunes que hubiese querido jugar ese mismo día tras la derrota en Sevilla- y las victorias tardan poco en olvidarse. Desde ayer, la UD Almería debe pensar única y exclusivamente en aprobar, y hacerlo con buena nota, en el primer partido que tiene a la vista, con la intención de cambiar el discurso, que se ha hecho permanente, de sus malos hábitos lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos. El rendimiento del equipo en casa, como sucedió en sus anteriores dos comparecencias en casa, invita a pensar con alegría en la posibilidad de que esa victoria que rompa tan larga racha de infortunio finalice más pronto que tarde.
Tiempo va a tener porque el equipo de Fernando Soriano, que el viernes dio otro repaso a su rival, como ya hiciera hace quince días con el Córdoba de José Luis Oltra -no es casual que ambos equipos hayan hecho sus peores partidos en Almería y algo 'tendrá el agua cuando la bendicen'-, mira a un calendario que dicta hasta cinco desplazamientos en las próximas siete jornadas, con el parón navideño entre esas fechas.
Otra cara
A los rojiblancos le espera la disputa de cinco partidos fuera en las próximas siete jornadas
Lo cierto es que el comportamiento del equipo en los últimos partidos invita a soñar con esa ansiada victoria a domicilio cuya llegada dura mucho si se mira detenidamente a lo hecho por el equipo en las últimas temporadas. Desde el 8 de febrero de 2014, en el que los rojiblancos ganaron en Córdoba -militando entonces en Primera- hasta la fecha el Almería sólo ha ganado un partido a domicilio, el de finales de la pasada temporada en El Toralín y que tanto influyó después para que el cuadro unionista cerrada la permanencia en la Liga de Fútbol Profesional.
Ahora, los rojiblancos miran al futuro con cierta confianza, aunque con la misma cautela. Las tres victorias consecutivas que han hecho del Estadio de los Juegos Mediterráneos el fortín que se necesita para conseguir el primero de los objetivos -la permanencia- han llegado como consecuencia del mejor juego expuesto por los rojiblancos, sobre todo las dos últimas.
Aunque haya ventajistas que analicen que la victoria frente al Nàstic llegó porque era el último -lo sigue siendo, pero antes de empezar esta jornada está a siete puntos de los play offs-, el logrado ante el Córdoba fue ante un rival que llegó a Almería con sólo una derrota a domicilio, y el del viernes frente al Elche, fue ante otro equipo incómodo en sus desplazamientos y segundo máximo goleador fuera de casa, los dos últimos, los que tienen 'pedigree', se quedaron sin 'presentarse' en el recinto de la Vega de Acá. Además, los dos goles que marcaron ambos se los hizo el Almería. Y su 'ausencia' notable no es casualidad, sino fruto de los dos excelentes partidos que el conjunto unionista ha realizado en ambos enfrentamientos. Es cierto que ante el Córdoba, el comportamiento de los rojiblancos fue con división de opiniones, porque lo hecho en la segunda parte no es para conseguir las alabanzas que sí mereció por el desarrollo de la primera mitad. Pero el equipo de José Luis Oltra, dicho por el propio técnico valenciano, no fue el de otras tardes porque el Almería 'cortocircuitó' su propuesta.
El Elche llegaba con ese currículum, tras haber macado once goles en sus siete partidos a domicilio, pero ante los rojiblancos sólo disparó una vez entre los tres palos y el gol, curiosamente, llegaba más por demérito de la UD Almería que por méritos propios, porque, como ante el Córdoba, el tanto fue marcado en propia puerta. Después, nunca más se supo del rival.
Son avales que no deben nublar la visión, pero que ayudan a pensar que la racha a domicilio tiene visos de cambiar. De no hacerlo sería como un expediente sin solución para un equipo que ha crecido en sus últimos desplazamientos, pero que no ha dado con la 'tecla', por la falta de definición en ese último tramo para llegar a la portería rival.
A domicilio
A la vista está, hasta la primera jornada de la segunda vuelta, un calendario complicado, pero para redimirse. Los rojiblancos disputarán cinco de los próximos siete partidos lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos. De principio, en 2016, sólo tiene que jugar un partido más en casa, que será frente al RCD Mallorca, el próximo 13 de diciembre, a las doce del mediodía. Antes, habrá tenido que acudir al Nuevo José Zorrilla, el próximo sábado a partir de las seis de la tarde, y posteriormente a Los Pajaritos para medirse con un Numancia que casi nunca se le ha dado bien a los rojiblancos.
Estos cerrarán 2016 visitando al Mirandés, que nunca ha sido rival fácil para los almerienses, aunque esta temporada ha ganado tres de los siete partidos allí disputados, con tres empates y dos derrotas, luchando por salir de la quema.
A la vuelta de vacaciones, los rojiblancos jugarán su último partido en casa de la primera vuelta, recibiendo, en la jornada prevista para disputarse el fin de semana del 8 de enero, al Getafe, que no termina de adaptarse a la categoría, aunque no pasa los apuros que la UD Almería.
En Reus disputará el último partido de la primera vuelta, una semana después. Un equipo que juega sin presión, luchando por el play off de ascenso. El mal tramo de temporada -por las pocas rentas obtenidas fuera- deparará la disputa del primer partido de la segunda vuelta frente a un Cádiz que está en mitad de la tabla y que lleva cinco partidos sin perder.
Pruebas de juego
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