Pinceladas para ver la pizarra

Casto (izquierda) jugó la segunda parte y Julián Cuesta (derecha) la primera mitad. / Aguilera



Soriano prueba en su primer ensayo ante el filial (3-0) con un 1-4-3-3 con marcado carácter ofensivo, 'mostrando' las piezas que faltan

JORDI FOLQUÉ | ALMERÍA 24 julio 2016



No deja de ser el primer ensayo. Un entrenamiento-partido ante el filial con dos tiempos de 40 minutos cada uno. Pero, al ser el primero, se pudieron ver algunas pinceladas de lo que tiene que ser la pizarra de Fernando Soriano. El técnico maño, que vio todo el desarrollo de ambos tiempos desde la grada de preferencia del Estadio de los Juegos Mediterráneos, pudo tomar alguna nota. Sobre todo para afianzarse en la idea de las piezas que faltan todavía en el equipo. Tres jugadores (sin contar si hay alguna salida) y la presencia de Pape Diamanka, que ayer no estuvo y al que se espera mañana y podrá debutar en Águilas el próximo miércoles.



Que era un entrenamiento con público se demostró también en que Antonio Marín, al que el club le ha dicho que debe buscarse equipo para que salga en calidad de cedido, fue el que más tiempo estuvo sobre el terreno de juego. El granadino jugó 72 de los 80 minutos. Lo hizo como lateral izquierdo, al no saltar Sebastián Dubarbier. El argentino se quedó fuera con unas pequeñas molestias. Nuevo 'aviso' de que la UDA busca un jugador para esa demarcación.



Como también lo busca para el centro de la zaga, pese a la incorporación de un Álex Quintanilla que, en su primer entrenamiento, jugó los últimos ocho minutos. Pese a que el club no quiere hablar de ningún nombre, Esteban Saveljich está en la mente de todos. El argentino se ha manifestado que quiere regresar y que todo depende de Racing de Avellaneda, club con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2017 y que lo tiene entrenando en el equipo de reservas.





Esquema ofensivo

Se podría decir que el de ayer fue el primer ensayo de Soriano con 'su' pizarra. Cierto es que estuvo los cuatro últimos partidos del pasado curso, pero cuando se hizo cargo del equipo lo único que valía era la salvación y no la forma. El fondo estaba por encima de palabras o números. Una vez conseguido, ahora ya puede planificar y poner sobre el verde lo que ha ido perfilando en el ordenador y con un bolígrafo.



No quiere decir que lo visto ayer (a nivel esquema) sea la única lectura posible del libro de Soriano. Fue una pincelada viendo, a su vez, lo que tenía en sus manos. Con una defensa de cuatro (ha insistido desde el primer día que no contempla otra cosa), la novedad llegó en la línea de centrocampistas. Faltaba Pape Diamanka. También un nuevo elemento para esta parte del terreno de juego. Con ello, el maño dispuso, en ambos periodos, una línea más de creación que de destrucción. José Ángel estuvo como el pivote defensivo. Delante, creación y llegada con Pozo y Antonio Puertas. Todos con movilidad para que pudieran intercambiar posiciones. Sobre todo con Fidel, que fue el dueño de la izquierda. También fue el onubense en encargado de las jugadas a balón parado. Un centro suyo supuso el 3-0, obra de Chuli. La primera conexión occidental andaluza ya se produjo. Fue lo último que hizo el delantero. En la caída, tras el remate, se hizo daño en el hombro. Fue sustituido. Aunque, en redes sociales, tranquilizó a todos diciendo que había sido simplemente un golpe y que no tenía ningún tipo de lesión.



Antes, en la primera parte, llegaron los dos primeros tantos. El primero lo logró Ximo Navarro, de cabeza. El segundo, un Pozo muy activo que aprovechó, llegando de segunda línea, un envío desde la derecha de Jonathan Zongo.



Más igualdad

En el segundo periodo hubo más igualdad. El marcador no se movió. Corona fue el pivote que enlazaba la defensa con el ataque. Por delante, Ramón Azeez y Javi Pérez. Josema y Fran Pastor fueron los otros del filial que estuvieron con el primer equipo en este periodo.



Aunque las miradas estuvieron en Álex Quintanilla. Dando vueltas alrededor del campo principal hasta que Juanito, que ejerció de técnico en el banquillo, le dijo que entrase. Poco tiempo para verlo. Solamente alguna pincelada. Más o menos como al resto del plantel. El que muestra, sin decirlo, lo que le falta.

Pinceladas para ver la pizarra