FRANCISCO G. LUQUE ALMERÍA | ACTUALIZADO 01.09.2015
Hicham conduce el esférico durante el duelo ante el UCAM Murcia.
Aunque no es el peor comienzo de campaña para la UD Almería B desde que milita en Segunda B, este arranque liguero está siendo preocupante en muchos sentidos para el conjunto que dirige Miguel Rivera. Bien es cierto que no se deben hacer valoraciones precipitadas teniendo en cuenta solamente dos encuentros, pero los registros demuestran que esta temporada no tiene pinta de ser tan dulce como la pasada para los almerienses. Después de dos semanas de competición, el segundo equipo rojiblanco no ha logrado ver puerta, aunque ha sumado un punto tras el empate de la primera jornada en Jumilla (0-0). El domingo, ante el UCAM en el Mediterráneo, el filial cayó 0-2, pero lejos de prestar más atención de la que merece un resultado puntual, lo preocupante es la imagen que dio el equipo, que a pesar de mostrar ganas e ilusión, también mostró muchísimas carencias, típicas de la inexperiencia de gran parte de la plantilla en esta categoría.
De ello es consciente Rivera. El técnico malagueño no se ha cansado de decir que la apuesta del club por hacer un equipo de gente joven, de la cantera en su mayoría, es muy arriesgada, sobre todo esta campaña, ya que la competición cuenta con equipos como Cádiz, UCAM Murcia, Recreativo, Mérida, Real Jaén o Melilla, que han forjado equipos muy potentes y con jugadores de gran veteranía en el Grupo IV. Este fin de semana, el filial almeriense tendrá una auténtica prueba de fuego, la visita al campo del conjunto jiennense. Duro trabajo el que tiene por delante Rivera, que tendrá que esforzarse al máximo para hacer madurar sobre el terreno de juego a sus jugadores y convertir al filial en un equipo más competitivo.
Madurar a más velocidad
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