21/09/2015 Miguel del Pino

Sergi Barjuan. Fran Muñoz.
Cuando un equipo no funciona de forma colectiva aparecen incrementadas las deficiencias de todos y cada uno de sus futbolistas. Es el caso del Almería. Sin entrar a analizar las causas de los dos últimos fracasos consecutivos, sumados al descalabro de Zaragoza, está claro que este Almería en formación tarda demasiado en asemejarse en algo a un equipo con aspiraciones de ascenso. Las causas de la crisis profunda de juego y resultados en la que anda inmerso el equipo son muchas y los responsables también, pero ésto no ha hecho sino comenzar.
La afición espera que el equipo reaccione, que con humildad se estudien las razones por las que anda perdido, casi sonámbulo sobre el césped, y se trata de buscar soluciones desde el estudio, el conocimiento, el trabajo y la humildad.
Cerca del abismo
Las dos ultimas derrotas ligueras cosechadas por los rojiblancos ante dos equipos absolutamente mediocres como Lugo y Alavés han encendido las alarmas entre los aficionados. Y es que un Almería que tomaba la salida con el cártel de favorito, se ve en la quinta jornada a seis puntos de la cabeza de la clasificación y tan sólo a tres de los dos equipos que ocupan el farolillo rojo de la clasificación, Huesca y Llagostera.
El domingo les toca cumplir su tercera visita, concretamente a Albacete, con dos tristes precedentes en sus salidas a la Romareda y al Ángel Carro. Una muestra de la ‘cangrejil’ marcha de los rojiblancos es que ha dejado de hacer goles en cada partido, habiendo quedado a cero en sus dos últimos compromisos.
Defensa
Ello le ha hecho dejar el puesto de privilegio que hasta ahora tenía como equipo realizador. Ha encajado nueve goles en cinco partidos, casi dos por encuentro, lo que le hace ser el segundo equipo menos fiable.
El Almería se acerca a la cola de la tabla
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