
Celebración del segundo tanto del Albacete, obra de Portu haciendo una gran finalización ante Casto (Foto: JL Matarín)
Hay plantilla pero no hay equipo. Tras seis partidos, con 18 puntos jugados, el Almería ha sumado seis, dos victorias y cuatro derrotas, tres de ellas consecutivas en una racha actual que mete al conjunto rojiblanco en crisis. No se pueden poner paños calientes, porque la sensación es la de que a los futbolistas se les ha olvidado jugar. La consecuencia es que se entra en descenso tomando forma de Titanic, dos sobre el farolillo rojo.
Desintegrado como bloque, el conjunto dirigido por Sergi no plasma sobre el terreno de juego lo que se preparada durante la semana. Si fuera de otro modo, si lo que se ve es lo que hay de fondo, entonces se tiene que hablar de otra cosa. Las luces rojas están encendidas, la urgencia ya ha llegado, el ascenso no espera a nadie, y el descenso puede echar sus telas de araña e inmovilizar al conjunto más pintado sin que luego haya solución.
Es pronto, no hay que dramatizar, y todas esas cosas que se suelen decir en estos casos, pero ninguno de los objetivos que se proponen se alcanzan. El primero de ellos, mantener la portería a cero, se volvió a quedar otra vez en el limbo al primer minuto del choque en el Carlos Belmonte. Sí, con mala suerte, pero eso al final, porque el desarrollo de la jugada fue de una cadena de errores por falta de contundencia a la hora de hacer el despeje.
Después un Samu escorado probó a meterla entre los tres palos, rozó en Michel Macedo primero y en el palo después, despistando a Casto, y a la red. Se dibujaba un panorama distinto que requería de paciencia, con 89 minutos por delante, pero anímicamente el equipo se puede entender que no sea capaz de asumir que es vulnerable de un modo tan sencillo para el rival. Se tiene que exigir capacidad de reacción, pero para ello hace falta alma.
El que sí demostró tenerla fue Michel Macedo, que se erigió en el hombre más peligroso de la UDA con sus continuas subidas por banda. Y es que la famosa pegada de la que se tiraba al principio de la liga, en los tres primeros partidos, se ha difuminado también. El brasileño respondió a los siete minutos con centro atrás mal rematado por Iago Díaz, y a los diez minutos volvió a la carga con un chutazo potente desde la frontal que se fue alto.
la portería de Hugo, portero de circunstancias en las filas del Alba, no iba a pasar apuros mientras que el Albacete estaba cómodo, jugaba fácil, y lo hacía en equipo. La medular rojiblanca no existía, siendo mal presagio para el primer encuentro de la era post Corona. Jona rozó un pase tenso de Antoñito a la espalda de la defensa en el minuto 22, mientras que en el otro costado el Almería seguía sin probar a Hugo, portero suplente del filial.
Era el minuto 25 cuando el meta manchego hizo la primera estirada, no demasiado complicada ante un disparo lejano de Iago Díaz, y acto seguido atajó un balón que se envenenaba en la caída hacia su arco. Era el único recurso del Almería, chutar desde zona no peligrosa y sin tener que elaborar. Eso sí, incombustible Michel, tras sacar un córner muy cerrado desde la banda izquierda recogió él mismo y buscó el gol desde su banda antagónica.
El Albacete seguía feliz y con poco se plantaba con peligro. Fue el caso de otro balón para que Jona corriera contra Cuéllar y chutara mal. La enésima subida de Michel sirvió para un pase al área a Iván Sánchez, que sí maniobró bien buscando el hueco para el disparo, lográndolo pero no imprimiendo la potencia necesaria. Era el minuto 33, pero la buena parada llegó en seguida en la otra portería, en la que Casto metió una mano abajo portentosa, junto a la cepa del poste, a cabezazo de Jona.
El delantero del Alba se lució en una dejada sencilla a la par que efectiva de cabeza a la incorporación libre de marca por el centro de Portu, lo que sirvió para abrir más brecha en el marcador. El jugador local se asomó a la frontal del área para engañar con un toque de interior a Casto, eso con dos defensas echándosele encima. Golazo para dejar claras las diferencias. El Almería se fue contra las cuerdas y el Albacete perdió dos ocasiones consecutivas de poner el tercero.
Protagonistas al túnel de vestuarios y movimiento de piezas de Sergi, que metió a Montoro y Cristian Herrera. Los que se quedaron en la caseta fueron Lolo Reyes desde la medular e Iván Sánchez desde el ataque, y llegó el manejo de balón por parte del Almería y la primera ocasión en el 47 a cargo de Iago Díaz. El inicio era algo más prometedor, pero finalmente se quedó en espejismo. Sin esperar el míster agotó cambios buscando algo, lo que fuera.
Así, Pozo entró por Soriano, que se estrenaba como primer capitán del equipo con una titularidad que lo único que le dio fue sufrimiento, sin apenas poder tocar el balón sin nadie que lo puliera unos metros más atrás. Fran Vélez se tragó un balón aparentemente fácil que aprovechó Portu para poner al corazón del área un cuero con marchamo de gol. La fortuna sí sonrió a la UDA con Jona perdiendo el equilibrio, pero con todo sacó el remato que desvió con el pie a córner Casto.
Corrió después el Almería con Poco conduciendo y sirviendo a Chuli, ello para dejar la imagen gráfica de lo que es el equipo actualmente. Con todo a favor, con ventaja clara, el ariete onubense, perdido hasta ese momento, hizo un control demasiado largo regalando la pelota a la defensa. Se sentía la proximidad del tercer tanto en contra, y tras un baile de la delantera a la defensa con indulto por exceso de adorno en Portu, de tacón, calló la sentendia.
El recién incorporado César Díaz recogió un balón desde la izquierda, tiró la diagonal, buscó el disparo desde el pico del área y la enchufó a las mallas para certificar la goleada. La lluvia mojó a todos los protagonistas y a público, y el Albacete baño al Almería tirando de sencillez. Por cierto, en la grada había unos 250 seguidores rojiblancos que se dieron el vieja a la mancha para no dejar solo a su equipo, sin saber que los abandonados iban a ser ellos.
El Almería degenera de favorito al ascenso a ser el chollo de la Liga GO Deporte
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