domingo, 30 de agosto de 2015

Victoria por KO y sobre la campana del Zaragoza

Victoria por KO y sobre la campana del Zaragoza en un combate que también pudo ganar la UD Almería

 

 Desconsuelo en las filas almerienses con el balón en el fondo de las mallas tras la última jugada del partido (Foto: JL Matarín)

No quisieron defraudar ni maños ni almerienses en el choque más destacado de la Liga Adelante, al menos en su primera mitad, ofreciendo pese a las reservas ante el rival un bonito duelo de alternativas. Pretendió el Zaragoza mandar primero, dejando claro con la presión a la salida del cuero por parte del Almería que le preocupaba la velocidad rojiblanca. Después esperaba, una vez frenada la primera oleada visitante que parecía la grave.



Pero poco a poco la medular repetida por Sergi comenzó a ganar más balón, y las posesiones, que no asustan a la UDA, eran largas pero infructuosas. Tenía que ser un intercambio de golpes el que desencadenara los momentos decisivos, dada la igualdad entre ambos con las líneas juntas. Así, una recuperación de Fatau para Corona, apoyado con las acciones solidarias que pide Sergi y en su calidad, acabaron con un gran pase a Quique.



No hubo gol de milagro, ya que el atacante rojiblanco chutó duro al palo corto pero la respuesta de Bono fue extraordinaria. Era el minuto 14 y el que enseñó los dientes de verdad, rompiendo el ritmo del partido, fue el cuadro rojiblanco. Eso sí, el primer lanzamiento fue de Rico en el minuto 5, pero muy desviado y sin peligro para Casto. En el siete una dura entrada de Montoro cargaba ya a la medular almeriensista con una tarjeta amarilla.



Dubarbier llegó justo para desviar el tiro de Ángel cuando el Zaragoza pudo salir a la contra por primera vez, eso en el minuto 20, en el que continuaba inédito Casto. Se animó con ello el conjunto de Popovic, con Aria revolviéndose dentro del área para chutar desviado aunque poniendo a la grada más entonada con los suyos. Ya sí que se había enchufado la escuadra maña, acosando en el cuarto de partido con mucha movilidad arriba.



Morcillo celebra su tanto, que suponía el empate a uno y que llegaba como respuesta rápida al gol rival (Foto: JL Matarín)

El disparo más peligroso estaba por venir, y fue de Wilk desde larga distancia, bien respondido abajo por Casto con bote previo del balón incluido. Era el minuto 30, y en el córner provocado, Cabrera logró conectar un cabezazo que se marchó fuera. Fueron dos avisos ya que en el siguiente saque de esquina el mismo Wilk ganó a Fran Vélez para con la testa alojar el esférico en las mallas del Almería. Habían pasado tres minutos.



No se sabía muy bien qué podía pasar visto lo visto, pero a veces en el fútbol hay que hacer caso al guión y éste decía que la UDA respondería rápido, como así fue. En otro saque de esquina tocado por Vélez hacia el segundo palo, en el que estaba Quique en fuera de juego pero sin ser señalado por el linier, el cuero acabó en la incorporación de Morcillo para que con la zurda fusilara la meta zaragocista y estableciera el empate en el marcador.



Las alternativas se cumplían, y acto seguido el conjunto de Popovic siguió causando problemas a balón parado, con un cabezazo al larguero incluido y varios merodeos bien resueltos por la atención y la gran concentración defensiva de los efectivos de Sergi. La más clara fue de Jorge Díaz, dormido en el interior del área y cuyo disparo fue tapado por Dubarbier y Casto al unísono, si bien Cabrera seguía siendo el rey por alto.



Y si la primera parte concedió tablas y fue llamativa, la segunda iba a mejorar el espectáculo brindado por ambos conjuntos, con las fuerzas más justas, las cuentas más pendientes y las ganas más a flor de piel. La vuelta al marcador fue completa con un contragolpe de libro del Almería, con saque de antebrazo de Casto a Chuli por el centro, mirada del onubense con apertura a la derecha para Iago Díaz, que puso el cuero en boca de gol.



El que apareció para remachar fue Quique, dejando su marca tras un gran trabajo arriba. Las cosas pintaban bien, pero en el panorama del partido había muchos matices y demasiado ida y vuelta, justo lo que no quería Sergi, como confesó en la rueda de prensa previa. Así, Ángel hizo un bocadillo con una ocasión con disparo durísimo antes del tanto rojiblanco que sacó Casto, con un gol de killer de área entre la defensa, y con otra ocasión que rozó el tanto.



El canario estaba muy enchufado, tanto como los dos equipos, que manejaban un 2-2 trepidante cuajado en los minutos 56 y 66. Antes de la igualada Popovic había movido banquillo y la jugada le salió bien, mientras que sobre el gol encajado Sergi hizo debutar, con concierto de silbidos de La Romareda, a Eldin Hadzic. Fue entonces el Zaragoza el que más lo buscó, y el que incluso lo acarició, como con una falta botada por Jaime que hizo volar a Casto a la escuadra.



Llegó el punto en el que el meta rojiblanco se erigió en protagonista, impidiendo un gol olímpico y templando desde más atrás que nadie el ritmo y los ánimos de sus compañeros. Hizo una parada imposible a Cabrera, felicitado hasta por los rivales, pero en el saque de esquina concedido con su enorme intervención fue el central maño el que le comió la tostada en una salida fallida para poner el 3-2 definitivo consumido el tiempo de descuento.



No es justo eso de héroe a villano para el portero almeriensista, sobre todo porque había aplazado la sentencia hasta en tres ocasiones muy claras hasta que ésta se produjo, y también porque cabe destacar la inteligencia en el movimiento de Cabrera para coger la posición y ganarle la partida por fin. Vistos los méritos, pudo ganar cualquiera, y el empate tampoco habría sido un resultado que desentonara. Cualquier cosa podía pasar, y así fue.

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