P. G. | DIARIO DE ALMERÍA
A este paso Sergi Barjuán monta un circo y le crecen los enanos. Y es que su llegada al club coincidió con las lesiones de Verza y Michel (Fran Vélez ya había caído con JIM), para perder después a Soriano por problemas musculares y contar con la baja de Dubarbier frente al Eibar por acumulación de amarillas.
Si esos contratiempos no fueran suficientes, a la sesión de entrenamientos de ayer, primera de la semana tras la jornada de descanso, no se personó Thievy, que según la versión oficial sufría un episodio de gastroenteritis y un proceso febril.
El ariete congoleño se perdía así un día clave, pues antes de saltar al anexo el cuerpo técnico analizó durante 40 minutos con los jugadores los errores cometidos frente al Rayo y luego además hubo un exigente trabajo físico con un circuito en el que el preparador Sergio Pardo dispuso diferentes ejercicios.
En el club confían que hoy jueves pueda estar ya a disposición de Sergi, pero no es la primera vez esta temporada que Thievy se ausenta o llega tarde, en esta ocasión parece que con justificación médica. En la etapa de JIM un día incluso abandonó el entrenamiento para luego volver y Francisco tuvo que soportar retrasos en la vuelta de las concentraciones con su selección para la disputa de la Copa de África.
Thievy tiene fama de enfant terrible, construida durante su estancia en Las Palmas, donde llegó a acumular más de 10 multas de 500 euros cada una por llegar tarde a los entrenamientos debido a su idilio con la almohada, según reveló en su día El País.
Pero no fue el único hecho extradeportivo que protagonizó en la isla. En julio de 2013 desfiló por los juzgados de Gran Canaria, donde aceptó una multa de 12.600 euros para eludir los dos meses de cárcel que pedía el fiscal por conducir un BMW X6 con carné falso y sin el cinturón de seguridad.
Pese a los antecedentes, Javier Aguirre decidió repescarlo para el Espanyol, club con el que tiene contrato hasta 2017, y el mexicano aún se arrepiente de aquella decisión, ya que sus continuas indisciplinas motivaron su cesión al West Bromwich Albion inglés.
El pasado verano el delantero africano tenía decidido que no jugaría para el conjunto perico y forzó su salida ausentándose a los entrenamientos de pretemporada dispuestos por Sergio González. Hasta tal punto tensó la cuerda que el club amenazó con multarlo con 2.000 euros por cada sesión a la que no se presentara.
El desenlace es conocido. El Almería pagó más por lograr su préstamo que el Málaga (donde quería ir al residir su novia allí) y hasta la fecha solo le ha hecho un gol al Barça, con un conflicto con su agente que casi le cuesta un mes de suspensión. Así es el indomable Thievy.
El 'indomable' Thievy se ausenta por una inoportuna gastroenteritis
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