El regreso al doble pivote ante el Elche mostró de nuevo a un equipo partido en dos
Hay deberes para el parón
PACO GREGORIO ALMERÍA |
Varios jugadores unionistas se abrazan tras el tanto de Hemed frente al Elche
El gol de Hemed en la recta final del partido ante el Elche evitó males mayores y dos incómodas semanas de parón liguero, pero no así que los rojiblancos tengan deberes por delante durante este tiempo sin competición. El afán de Francisco por encontrarle un hueco en el once a Soriano, tal vez por agradecerle los servicios prestados, está resultando contraproducente.
Frente al conjunto ilicitano el técnico almeriense volvió a las andadadas aparcando el trivote para recuperar el doble pivote con un mediapunta y el equipo se partió otra vez en dos y sufrió innecesariamente en defensa. El primer tanto de Víctor Rodríguez es achacable a una mala entrega de Ximo Navarro que pilla a toda la zaga descolocada, pero el de Jonathas, rematando casi a placer dentro del área, delata despistes más graves.
Mientras el Almería mantuvo la disposición inicial literalmente no funcionó, descontando las heroicas acometidas de Wellington Silva por su banda.
Soriano, que ni mucho menos es el culpable de todos los males, solo la pieza que cambia a uno u otro sistema, cazó algún balón aéreo, pero Thievy ni estuvo ni se le esperó, por lo que no es de extrañar los pitos que le dedicaba la grada cuando era sustituido por Jonathan Zongo.
Todo varió a mejor con los cambios introducidos por Francisco en la segunda mitad y gracias a la inestimable colaboración del colegiado, inventándose un penalti antes del descanso como consecuencia de la capacidad de desborde de Wellington que Verza, especialista desde los once metros, no desaprovechó.
En cualquier caso, el panorama no cambió hasta que Francisco decidió mover el banquillo, ya que antes hubo tiempo para que Jonathas dejara retratado a Marcelo dos Santos, hasta la fecha mucho más solvente en sus incorporaciones al ataque que cuando le toca guardar la propia portería, su principal cometido al ser central.
Zongo aportó el empuje y la potencia que hoy por hoy Thievy no muestra, aunque el congoleño puede explotar en el momento menos esperado. Hemed, que venía de hacer un ayuno de 24 horas por la fiesta judía del Yom Kipur, contribuyó a fijar a la zaga alicantina y evitó que se esfumaran tres puntos del Mediterráneo.
Tampoco conviene olvidar la contribución de Corona, que en apenas quince minutos puso el orden y concierto que el Almería necesitaba cuando el partido empezaba a enloquecerse en busca del empate.
Después de siete jornadas, y ahora que se afronta el segundo parón por los compromisos de selecciones, el botín es suculento: nueve puntos que permiten estar cómodamente instalado en mitad de la tabla, con el descenso a cuatro de distancia, pero el equipo no termina de ofrecer su verdadera identidad.
De hecho atraviesa una pequeña crisis al no saber si apostar definitivamente por el esquema conservador que le da equilibrio y solidez defensiva o por la versión más ofensiva que no termina de cuajar.
Si sigue como hasta la fecha, a domicilio puede que las cosas se vayan dando, pero Francisco anda en búsqueda de la fórmula que le permita sacar adelante los partidos en casa siendo el protagonista del juego.
La única vez que se atrevió con el trivote como local, ante el Atlético, se le plantó cara al vigente campeón de Liga, por lo que no es descabellado que más pronto que tarde se emplee independientemente del nivel del adversario.
Tras el parón el calendario se vuelve más exigente con las visitas a Villarreal y Levante y recibiendo a un necesitado Athletic y al Barça. Para entonces convendría tener las ideas bien claras.
Vuelta a las andadas
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