Escrito por Javi Salvador · SportAlmería
La justicia no es una cualidad que se apegue al fútbol. No siempre acaba perdiendo el peor; tampoco el mejor. El balompié es una caja de sorpresas que nunca se cansa de causar sobresaltos en los corazones de aquellos que lo ven como algo más que un pasatiempo. A veces suceden fenómenos de difícil explicación; fenómenos hermosos, no obstante. Por ello quizá, la UD Almería se acuesta tras la sexta jornada de Liga con cuatro puntos de ventaja sobre los puestos de descenso.
Desde los inicios de su existencia, el ser humano ha buscado diversas explicaciones a todo lo que sucedía alrededor. Una vez llegó el fútbol, su empeño no cesó. Entonces apareció el Almería, una tarde de septiembre, para, en A Coruña, ante el Deportivo, volver a demostrar que todo final escrito precipitadamente puede ser borrado. Wellington inició una contra con un autopase magistral, Thievy la dejó pasar y Azeez abrió a la banda zurda. Allí Edgar recibió, se perfiló y disparó. El balón, tras tocar en un defensor local, se colaba en la portería de Lux en uno de esos minutos que ya no se ven en los marcadores que se detienen en el 90’. El luminoso se quitaba las gafas.
Se plantaba Francisco en A Coruña con el trivote que acostumbra a desplegar fuera de los dominios almerienses. Esta vez los elegidos eran Verza como pivote detrás de Azeez y Thomas, más adelantados. Así el encuentro siguió el guion estipulado. Desde los primeros minutos se visualizaba que el partido no sería una oda al fútbol. Las imprecisiones se hacían dueñas de Riazor. Edgar, al cuarto de hora, mandaba el primer aviso al guardameta local.
Isaac Cuenca respondía con otra clara ocasión para el Dépor tras una internada por banda derecha. Con el paso de los minutos los deportivistas se acercaban más y más a la meta de Rubén, que defendía como gato panza arriba el 0 que brillaba en la casilla visitante del marcador del coliseo coruñés. Para ello volaba evitando que Helder Postiga rematase en boca de gol. Todo con un poco de suerte. La suerte que hizo que el disparo de Sidney desde dentro del área se estrellase en el poste.
El encuentro estaba gris, como grises estaban los centrocampistas de ambos equipos. Thomas y Azeez daban un recital de imprecisiones que sus rivales gallegos se encargaban de devolver como si de un partido de frontón se tratase. Entre tanto, ya en la segunda mitad, Postiga volvía a vérselas con Rubén tras un remate de cabeza a bocajarro en el segundo palo.
Poco a poco los almerienses fueron ganando terreno, dejando de pasar complicaciones defensivas conforme llegaban los minutos finales. Habían saltado al campo desde el banquillo Wellington, Soriano y Thievy, que se convertían en guerrilleros dispuestos a fraguar su revolución. Así lo harían. El comandante Francisco acertaba de pleno en su replanteamiento de partido.
Wellington demostró ser el futbolista más desequilibrante de este Almería; Soriano el que más criterio pone al juego rojiblanco cuando se acerca a la meta rival. El brasileño desbordaba una y otra vez, mientras Azeez, en uno de sus partidos más desafortunados como almeriensista, quería ser protagonista al final del encuentro. Primero para lo malo con una cesión a Rubén que a punto estuvo de regalar a la delantera del Dépor. Después para lo bueno con un gol tras un rechace de Lux que el árbitro anuló por claro fuera de juego.
El protagonismo se lo quedaría Edgar. En su vuelta a la titularidad, el 17 volvía a poner su nombre en el primer plano de la Liga española con un gol que valía los tres puntos. Tres puntos que valían la segunda victoria de la temporada tras la cosechada en San Sebastián. El Almería no fue mejor que el Dépor, tampoco peor. Los ocho puntos ya brillan, con orgullo, en el casillero almeriense.
DEPORTIVO DE LA CORUÑA: Lux; Laure, Lopo, Sidnei, Luisinho; Álex, Medunjanin; Juanfran (Cavaleiro 60’), Fariña (Canella 74’), Cuenca (Toché 69’) y Postiga.
UD ALMERÍA: Rubén; Ximo Navarro, Dos Santos, Trujillo, Dubarbier; Verza, Azeez, Thomas (Soriano 70’), Zongo (Wellington 59’), Edgar y Hemed (Thievy 80’).
ÁRBITRO: José Antonio Teixeira Vitienes, del colegio cántabro. Mostró cartulinas amarillas a Laure y Lopo por parte del Deportivo y a Ximo Navarro, Trujillo y Dubarbier por la UD Almería. Expulsó al preparador de porteros visitante, Ángel Férez.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la sexta jornada de liga de Primera División disputado en el estadio de Riazor (A Coruña).
Edgar obra el milagro
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