Miguel del Pino [ La Voz de Almería ]
El Almería, como cualquier otro equipo, no debe dar por perdido ningún partido y de hecho, sale cada jornada a competir y conseguir los tres puntos. Pero dentro del campeonato hay encuentros que se pueden perder, son esos partidos en los que hay mucho que ganar y poco que perder, porque el rival es muy superior.
El del pasado miércoles ante el Atlético es de esos encuentros que, si se pierde, no debe suponer ningún grave contratiempo, ni para la moral del equipo ni a efectos clasificatorios.
Ante un conjunto cuyo tope salarial es diez veces mayor, Francisco, con acertado criterio, decidió no intercambiar golpes, sino ceder el balón al rival, que no es como se suele encontrar más cómodo. Como en Anoeta reforzó la medular con tres jugadores, aunque con la novedad de Fran Vélez por Thomas que no podía jugar.
Arriba
El equipo almeriense puso toda la carne en el asador, pero quizá le faltó presionar algo más la salida de balón del campeón, si bien fue un equipo solidario, sacrificado, sólido y poniendo en marcha un sistema de ayudas espectacular y efectivo. Como consecuencia al equipo colchonero se le apagó la luz y, salvo en un remate de Godín a la salida del primer córner del partido, sólo inquietaron a un seguro Rubén en disparos desde lejos.
El Almería contragolpeó poco, pero cuando lo hizo intentó, como siempre, saliendo por la banda para finalizar por el centro. Pero en esta oportunidad sólo le funcionó la banda derecha y le faltó la precisión necesaria como para hacer daño al sistema defensivo contrario. Concedió diez córners, y en un de ellos, Miranda sentenció. Reaccionó pronto y bien Francisco realizando los cambios oportunos, pero el 1-1 no llegó porque se impuso el oficio del rival. Ante el empuje local, el campeón actual de la Liga terminó pidiendo la hora.
Análisis: El Almería compitió bien
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