“Vengo de hacer 31 goles y ascender con el Valladolid Promesas a Segunda”
Él no lo sabe pero aquí han triunfado la mayoría de los jugadores que llegaron de la Costa Tropical
Juan Lozano [ La Voz de Almería ]
Rubén Díaz ha vuelto al Sur para triunfar. [ Juan Lozano ]
“Mi puesto en el equipo parece claro, vendo de ascender con el Valladolid Promesas después de marcar 31 goles esta temporada”. Me da que es delantero centro y pisa el área en todos los partidos. El espigado Rubén Díaz no lo ha tenido fácil para jugar en Almería. Lo sabe y, por ello, “voy a tratar de demostrar que el esfuerzo que hicieron por mí ha valido la pena”.
En su acento se mezcla el granadino de la Costa Tropical con el sevillano y una pizca de castellano puro. Son las consecuencias de un niño que salía de Motril en edad cadete y no para de firmar por España. Su corta vida da para un libro pero ahora en Almería, tan cerca de casa hay que recordarle que la mayoría de motrileños que vistieron de rojiblanco triunfaron.
Imparable
Cuando era cadete en el Motril solo era uno más en un equipo que jugaba para divertirse pero le llamó la Selección de Granada y su vida cambió para siempre ya que “me vieron los ojeadores del Betis en un Campeonato y me firmaron para jugar de juvenil dos años en el División de Honor”. Este cambio de casa y de ambiente lo superó sin problemas hasta que le llamaron del frío. “Me seguían en el Valladolid y firmé con ellos para ayudarles en el ascenso a Segunda B y lo conseguimos la pasada temporada”.
Ha venido a un equipo que está a solo un escalón de la Primera División. Sabe que puede dar el salto en cualquier momento pero no se hace ilusiones ya que “lo importante ahora es hacerme con un puesto en el filial y luego ya veremos”. Ha conocido a un entrenador “cercano y exigente que nos va a venir muy bien a todos” y tiene un entorno de lo más saludable “hay buenos chicos, me han recibido muy bien y espero poder ayudar a que esta temporada salga bien y disfrutemos todos”.
Cifras de ilusión
Cuando los ojeadores le ven en acción se entusiasman con su valentía en el área y aquellos que no saben nada de él tiran de las estadísticas y ven que “me gusta mucho marcar goles. Soy un hombre del área pero también me sacrifico por el equipo”. Se sube al coche y en menos de una hora cruza el Puente de ‘El Toleano’ y está en su querido Motril comiendo jamón de Vallejo y buenas gambas en Los Mariscos.
Su familia le vendrá a ver los fines de semana. No ha vuelto a casa del todo pero de Almería a Motril solo hay un paso. Le diré que me traiga un litrico de vino costa.
“Vengo de hacer 31 goles y ascender con el Valladolid Promesas a Segunda”

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