El final de la Segunda División nos hace amar la Primera con más fuerza
En mi ADN está la Tercera y la Segunda B y jamás me olvido de donde venimos
Tony Fernández [ La Voz de Almería ]
Francisco celebra un gol en el viejo Juan Rojas en aquellos tiempos de plata.
El Real Jaén-Alavés me hizo recordar aquellos tiempos no tan lejanos cuando el mismo Almería de hoy se debatía entre la plata y el bronce con presupuestos mínimos y al amparo de un presidente que no podía más. Guillermo Blanes.
Aquellos finales de temporada eran mortales para la salud. Tanto o más que el reciente final de Liga con Francisco y sus hombres. En aquellos tiempos bajar a Segunda B era poder quedarnos sin Blanes y entonar aquello de ahora ¿qué?.
Muchas veces me paro a pensar en lo que tenemos a día de hoy para darle todo su valor. Veo como el Girona que peleó con el Almería por la Primera casi baja en la última jornada o como el Mirandés que hace dos semanas habló del play off está descendido.
Siempre digo y les diré que cada año en Primera son cuatro de vida en la Liga de Fútbol Profesional porque te llena la cartera y si te sabes administrar puedes vivir donde quiere Alfonso y todos nosotros: entre los mejores de España.
Llevo en el ADN la Tercera y la Segunda B, por ello, cuando me toca vivir en Segunda o Primera le doy gracias a Dios porque tanto para los aficionados como para la provincia estar en la élite no tiene precio.
Hice miles y miles de kilómetros por los campos de Dios en Tercera y en Segunda B con dos, tres y hasta cuatro equipos de Almería. Fue una dura travesía del desierto que no debemos de olvidar. Yo nunca lo hago y siempre recuerdo de donde venimos. Nadie nos regaló nada.
El final de la Segunda División nos hace amar la Primera con más fuerza

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