Uche abre el marcador a los tres minutos de partido tras un gran pase de Gio
Un penalti de Rafita permite a Bruno Soriano sellar el triunfo local en el '87
El Villarreal mantiene el cerco a la Champions
Angel Liceras@marca.com
El Villarreal se mantiene al acecho. Su lista de deseos quedó despejada tras la eliminación de la Copa del Rey. La cuarta plaza de la Liga es el objetivo. Duerme apostado en ella a falta de lo que haga el Athletic el lunes. Para ello superó a un Almería que mereció regresar a casa desde El Madrigal con un resultado más favorable.
También hay que saber ganar cuando las cosas no salen bien. El Villarreal de Marcelino es un equipo camaleónico. Ante el Almería supo mostrarse ambicioso en el inicio, reservón durante la mayor parte del partido y resolutivo cuando debió serlo. Traducido en hechos: Uche marcó a los tres minutos, aguantó el empuje del rival tras el descanso y sentenció de penalti a poco del final.
El gol tempranero debió traer recuerdos de la goleada encajada en San Mamés a la plantilla del Almería. Templó nervios y consiguió reunir ocasiones poco a poco. Su mayor favor se lo hizo cuando Suso entró al campo tras el descanso. Se multiplicaron las opciones de peligro y gozó de sus mejores jugadas hasta donde le llegaron las fuerzas. La impotencia también cansa. Sin Rodri no hay gol.
Cuando el Villarreal reforzó su centro del campo se agotaron las esperanzas andaluzas. Pina entró por Trigueros a falta de media hora y el goteo de disparos sobre la portería de Sergio Asenjo fue menguando. Hernán Pérez y Pereira hurgaron entonces en la fatiga de la zaga enemiga. Éste último sacó penalti a Rafita en el '87 y Bruno Soriano firmó el epílogo.
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