El Almería se merece quedar fuera

Los almerienses no estuvieron nada acertados (UDA)

El Rácing, más solidario, consigue darle la vuelta a la eliminatoria
JUANJO AGUILERA | IDEAL ALMERÍA

A la UD Almería le ha pasado lo que a aquel señor que todos los días iba a la iglesia, se arrodillaba ante un crucifijo y pedía que le tocara la lotería. Jesucristo, harto de escuchar las plegarias, se bajó de la cruz y le solicitó que por lo menos comprara un décimo. Francisco dijo el lunes en sala de prensa que, aunque no es su competición, la intención era la de querer pasar a cuartos de final de la Copa delRey porque, como Lillo dijo hace tiempo, el mejor entrenamiento es jugar un partido todos los días.
Si el Almería quería la Copa para ello debió haber jugado ante el Rácing, pero no lo hizo y se vio justamente superado por un rival que fue más solidario y que supo manejar los tiempos del partido para conseguir el pase a cuartos de final.
Puede que ni almerienses ni racinguistas hubiesen pasado más allá de la semifinal, en la que puede caer al FC Barcelona –si gana a Getafe y supera la ronda de cuartos–, pero lo cierto es que, visto lo sucedido en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, el Almería no tendrá la posibilidad de probar si pudiera estar en esa fase e igualar su mejor resultado copero de su corta historia.
Ante el Rácing, el equipo rojiblanco fue mejor en posesión en la primera mitad, pero solo por tener el balón, no por la forma de utilizarlo. Eso sí lo consiguió llevar a cabo el conjunto cántabro, que no sufrió nada más que por un par de acciones en la primera parte y, en la segunda, vivo, sacó la ventaja para meterse en la siguiente ronda, aprovechando el juego a la contra ante un rival ‘muerto’, incapaz de ‘resucitar’, como si el golpe de Bilbao no se hubiera madurado. Mariano y Rubén Durán aprovecharon que los de Francisco salieron tocados e hicieron más daño aún a una defensa rojiblanca floja, siempre desbordada y a años luz de meterse en el partido.
Derrota hiriente o puede que beneficiosa. El Almería debe centrarse en la Liga. La Copa ya es historia pasada y ojalá que pase y lo del partido ante el Rácing no afecte.

Dominio sin gol
El partido lo dominó de inicio el conjunto rojiblanco, con Fran Vélez como lateral derecho, ante un Rácing bien plantado en defensa, sin dejar demasiados huecos y sin permitir a los de Francisco crear peligro. Este no llegó tampoco por parte cántabra, que lo intentó en un par de ocasiones a balón parado, en ambas disparando por encima del larguero.
La primera aproximación rojiblanca con peligro fue por banda derecha. Fran Vélez buscó la línea de fondo y, des ahí, un centro que tras tocar en Barrio se envenenó y Mario mandó a córner desde la misma línea de gol. Era el minuto 10 de partido.
El Almería, seguro atrás, era un despropósito en ataque, carente de posesión más allá de la línea de tres cuartos, en donde las pérdidas de balón impedían la creación de juego ofensivo. El Rácing no estaba del centro del campo para delante y empezó a imponerse la lógica. En el 26, marcó el Almería, pero Óscar Díaz estaba en fuera de juego y Hernández Hernández lo anuló. En el 28, la ocasión fue de Suso, tras centro de Aleix Vidal, pero el disparo del gaditano lo rechazó a córner Oriol.

Más preciso
El Almería perdía menos balón, recuperaba más y la posesión rojiblanca era cada vez más acuciante, pero el problema estaba en la llegada, con mucho error en el último pase, que impidió que los rojiblancos se adelantaran en el marcador, con final de la primera parte sin un disparo entre los tres palos de los rojiblancos y solo dos por parte racinguista que no hicieron ‘daño’ a Ustari.
En la segunda parte, el Rácing movió ficha. Con la entrada de Koné, Paco Fernández buscó la llegada de la que adoleció su equipo en la primera parte. Se le notó más predispuesto, pero fue el Almería el que dispuso de balón. En el minuto 50, en un saque de esquina botado en corto por Corona pudo sorprender Raúl García, que lanzó al primer palo, pero Mario, atento, llegó para impedir el peligro.

Partido matado
El Almería se acercaba, pero no daba el golpe definitivo. Este lo dio el Rácing en el 64. Fue una acción por banda derecha de Pedro Orfila que la puso perfecta y Mariano, de cabeza, la mandó al fondo de las mallas de la meta rojiblanca.
Al Almería le quedaba poco menos de media hora para poner el partido en el sitio en el que debió dejarlo en El Sardinero, antes del gol de Concha. Francisco optó por sentar a Mané y dar entrada a Barbosa, con más llegada que Raúl García, retrasado a partir de entonces al lateral, también introdujo a Hicham por Óscar Díaz. Pero el balón siguió sin acercarse a la meta de Mario.
Es más, el conjunto racinguista aún tuvo ocasión para haber matado el partido de una forma definitiva, con una acción a la contra en al que Koné se recreó en la suerte, encaró a Ustari, pero se la ‘pensó tanto’ que el meta rojiblanco metió la mano para despejar el peligro. De todas formas, la suerte estaba echada. El Almería quiso ganar a la lotería sin comprar un décimo, quiso ganar sin jugar al fútbol y así es imposible.

UD Almería: Ustari; Trujillo, Marcelo Silva, Fran Vélez (Kiu, m. 77), Mané (Hélder Barbosa, m. 64); Marcos Tébar, Corona; Aleix Vidal, Suso, Raúl García, y Óscar Díaz (Hicham, m. 67).
Rácing: Mario; Orfila, Barrio, Oriol, Iñaki; Rubén Durán (Fede, m. 89), Granero, Andreu, Saúl García (Koné, m. 46); Miguélez (Juanpe, m. 80) y Mariano.

Goles: 0-1, m. 61: Mariano. 0-2, m. 78: Rubén Durán.
Árbitro: Hernández Hernández, del colegio canario. Amonestó a Fran Vélez (m. 15), Hicham (m. 73), de la UD Almería, y a Saúl García (m. 28), Mariano (m. 67), del Rácing Club.
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con 4.872 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Celeste Ramos, hermana de Nelson, jugador de la primera plantilla de la UD Almería. El Rácing jugó con brazaletes blancos en señal de luto por el fallecimiento de Ángel Herrero, exjugador racinguista.
El Almería se merece quedar fuera - Unión Deportiva Almería S.A.D.