Actitud conciliadora de Plus Ultra y Parador, que llegan a un acuerdo para el sobreseimiento de Guly y Lorenzo. Kingsley decide seguir adelante
PABLO LAYNEZ | DIARIO DE ALMERÍA
Lorenzo y Guly, del Parador y Plus Ultra, abrazados a la salida del Juzgado
La tempestad ha pasado y está muy cerca de escampar. Todo lo que el pasado martes se veía negro antes del juicio, ayer miércoles ya era blanco gracias a la actitud conciliadora y al sentido común usado por los protagonistas de los incidentes que ocurrieron el pasado domingo en el campo de la Universidad. Los futbolistas del Plus Ultra y del Parador que participaron en la pelea estaban citados en la mañana de ayer en el Juzgado de Guardia de la capital para tratar de solucionar en un juicio rápido sus diferencias.
Alrededor de una hora y media después del comienzo de la vista, los protagonistas salían de las dependencias de la Ciudad de la Justicia arrepentidos de lo que había sucedido y conscientes de que el fútbol es un deporte en el que no hay espacio para la violencia. De los dos casos que había en juicio, uno se sobreseyó y acabó con el abrazo de la imagen, mientras que en el segundo una de las partes no aceptó hacer las paces y, en principio, sigue adelante, por lo que habrá un juicio de faltas el próximo martes.
Guly y Loren, nombres deportivos de dos de los jugadores de Plus Ultra y Parador que se pelearon, dieron el mejor ejemplo posible. A los dos se les vio apenados y sus declaraciones dejaron constancia de que la pelea llegó por la tensión del partido, nunca por nada personal ni mucho menos por tintes racistas. Los dos hicieron las paces en el propio juzgado, quitaron las denuncias y sellaron la paz con un abrazo en la calle que captó Diario de Almería. "Yo no quería tener ningún problema porque esto fue algo que sucedió el domingo y que no debería de haber sucedido nunca. No tengo nada contra el muchacho, fue algo muy rápido. No quería complicarme ni mi vida ni la de él, son cosas que suceden y hay que perdonar", dijo Guly, palabras correspondidas por Loren: "Todo solucionado, eso fue un calentón en el partido, uno no sabe lo que hace y a veces ocurren cosas así en el fútbol. No quiero que vuelva a suceder algo así en un campo, fue una tontería".
La misma actitud conciliadora y pacífica trataron de tener Rocky y Richard con el roquetero Kingsley, también protagonistas de la trifulca. Los jugadores ultristas esperaban y deseaban firmar la paz para que el caso quedara sobreseído totalmente, pero se encontraron con que el ghanés había decidido seguir adelante, por lo que si no se retracta antes, el martes próximo tendrán que volver al juzgado.
Lo que sí se empeñaron en dejar claro Plus Ultra y Parador, a través de Guly, Rocky, Richard y Loren, es la condena y la erradicación total del racismo y la xenofobia. Por su historia y su idiosincrasia, ambos clubes siempre han contado con un gran número de emigrantes en sus filas, por lo que rechazan de facto que la intolerancia fuese la llama que encendió la mecha de la pelea.
Casi todo queda en el campo

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