Te dejo que me marques

Los jugadores del cadete B de la UDA hacen el gesto de dejar pasar al contrario tal y como sucedió el sábado ante el Poli Aguadulce :: J. F.

El cadete B de la UDA ';regala'; un gol al Poli Aguadulce tras haber marcado con un rival lesionado
JORDI FOLQUÉ |  IDEAL ALMERÍA

Para llegar a jugar en Primera División hay que vivir muchas experiencias. Muchos entrenamientos. Tardes muy calurosas como las de una pretemporada en Almería. Muy frías como en pleno invierno. Saber compaginar los estudios con los entrenos. Viajar. Estar lejos de la familia en las concentraciones. Ir dando pasos cada día. Pero hay momentos en los que, cuando pasan los años, a los jugadores se les queda en la memoria. Quizás es un torneo ganado. Una final perdida. Un ascenso. Que el entrenador te diga que debes lanzar el penalti decisivo de una tanda. Que el entrenador te diga que debes intentar parar el penalti decisivo de una tanda. Cosas que suceden y que, en la mayoría de los casos, hasta se pueden preparar. Pero el sábado, en el campo de fútbol de la UAl, ocurrió un hecho que no olvidarán nunca los presentes. Un hecho que demuestra la pasta de la que está hecho un entrenador. Que demuestra los valores que Maikel (el técnico) les está inculcando a sus jugadores. Un ejemplo práctico de los que es Fair Play. El Juego Limpio pedido por los organismos y que en muy raras veces se ve en un campo de fútbol. Incluso es raro en un partido de categorías inferiores. De las llamadas de formación.
Jugaban el cadete B de la UDA ante el Poli Aguadulce de la categoría. Primera jornada de Preferente. El partido ya estaba entrando en su recta final con 1-0 para los rojiblancos. Y llegó el 2-0. Alegría para los locales y el preparador de la UDA que no está satisfecho de la jugada. En la acción previa, «un choque entre un defensa de mi equipo y un delantero del Aguadulce dejó al atacante lesionado con un golpe en la espalda. La contra se montó muy rápida y marcamos. Ni el árbitro ni mis jugadores se habían dado cuenta», recordó Maikel.
El gol subió al marcador. Pero el técnico no se había quedado satisfecho con lo visto. «Lo nuestro es jugar. Así que llamé a uno de mis centrales para que les dijera a sus compañeros y al portero que se dejasen marcar un gol. Y empezar de cero». Y así sucedió. Ante el asombro de los espectadores, la mayoría padres que no entendían lo que estaba pasando, el Poli Aguadulce, sin ninguna oposición, se dirigió a la portería defendida por Lorenzo.
El partido se ponía 2-1. Y un minuto después «nos empataron», decía Maikel. Tuvo que escuchar algunas ';recomendaciones'; de padres sobre que se había equivocado. «No me tembló el pulso para tomar la decisión», manifestó el técnico a este diario. No hacía falta justificarse por lo que había hecho, pero quería demostrar bien a las claras que lo fácil hubiese sido hacerlo en un partido que estaba sentenciado. «El punto de incertidumbre que había en el marcador hace ver que lo hicimos de corazón», apuntó.
Sus jugadores no se extrañaron de lo que les pidió su entrenador. «Los chicos confían en mis decisiones», insistió Maikel. Que se quiere quedar con lo que les pudo enseñar, para el futuro, a sus pupilos. «Como lección deportiva les vendrá bien a los chavales», señaló quien es considerado por muchos como un gran entrenador y un mejor educador. Con hechos así se queda bien a las claras.
Pero quedaban 10 minutos para acabar el partido. Y, como les dijo Maikel a los suyos, «lo nuestro es jugar». Y jugaron. Tuvieron tiempo de anotar tres goles. Se llevaron el partido con un claro, en el marcador, 5-2. Un resultado final que puede hacer indicar que la acción de juego limpio se hizo con un partido sentenciado. «No habría tenido ningún valor el hacerlo con la victoria asegurada», volvió a recalcar el entrenador. No hace falta. Los jugadores ya saben lo que deben hacer en el futuro. Una lección enseñada. Ahora toca que sea aprendida por los jóvenes rojiblancos.
Te dejo que me marques - Unión Deportiva Almería S.A.D.