lunes, 23 de septiembre de 2013

Fábulas mediterráneas

El estadio almeriense se ha convertido en un 'país de las maravillas' en el que ocurren acciones inverosímiles. Los principales protagonistas son los árbitros, con decisiones irrisorias y hasta una lesión, pero no son los únicos
PABLO LAYNEZ |  DIARIO DE ALMERÍA

Si ir al Santiago Bernabéu es como asistir a la ópera, acudir al Mediterráneo es disfrutar de un circo. No hay trapecistas, ni ilusionistas, ni tan siquiera leones. Pero uno se divierte, pasa miedo por momentos y hasta ve números que jamás en su vida habría soñado. El coliseum rojiblanco se ha convertido en un país de las maravillas, en un recinto donde parece que las normas de la lógica desaparecen y dejan paso a las excentricidades.

Los árbitros, como a muchos de ellos les gusta, acaparan parte del protagonismo, pero no lo focalizan entero. Por lo menos de momento. Quizás de las cinco historias más raras que se han visto en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, en tres están inmiscuidos. La primera ocurrió en septiembre de 2006 en la cuarta jornada de Segunda en un Almería-Cádiz. El rojiblanco Mané comete una clara falta sobre Enrique más de cinco metros fuera del área. Pero el línier Rodríguez Vallejo, oftalmólogo de profesión para más inri, le indica que señale penalti y expulsión del lateral almeriense. Misma solución tomó Velasco Carballo el pasado sábado con Christian. En menos de diez segundos, el madrileño le sacó dos amarillas al jugador, la primera sin el balón en juego. El saque de esquina finalmente se botó desde el punto de penalti.

La tercera de las fábulas, la más curiosa, acontenció en mayo del pasado año. El árbitro asistente de Valdés Aller corría la banda donde calentaban los jugadores, con tan mala suerte de que tropezo con Kaludjerovic, del Racing, y lo lesionó. Con una fuerte contusión en la parte externa de su rodilla, el futbolista que iba a saltar al terreno de juego tuvo que marcharse a los vestuarios ayudado por los masajistas.

Una de las acciones que entró en los anales de la historia fue el gol de Aranzubia en febrero de 2011. El meta del Deportivo de La Coruña se convirtió en el primero en marcar un gol en jugada en la Liga Española [en Europa sí había pasado antes, como hizo Palop en Copa de la UEFA]. Hasta entonces, los porteros habían colado de penalti o de falta directa, pero nunca en un remate. Y menos de la trascendencia de aquel 1-1, puesto que almerienses y gallegos acabaron descendiendo. El árbitro González González también quiso desempeñar un papel secundario en la película y lo obtuvo: el gol llegó en el 95', cuando había añadido cuatro minutos.

Como toda fábula también tiene su parte triste, y por desgracia en el fútbol en los últimos años ha habido varios ejemplos de muertes súbitas, al Mediterráneo también se le encogió el corazón en una fría tarde. El 14 de enero de 2012, durante el partido ante el Guadalajara, fallecía un aficionado a causa de un infarto en las gradas. Tras un gol anulado a los rojiblancos, Francisco Sáez, que cada jornada acudía a ver al Almería con la peña Huercalense, se sintió indispuesto y su corazón dejó de latir. Sin duda, los minutos más tristes que se han vivido en el recinto de la Vega de Acá.
Fábulas mediterráneas

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