Miguel del Pino [La Voz de Almería]
Es posible que a los abonados más jóvenes no les diga nada el nombre de Agustín Piñero Narbona, pero aquellos que tuvieron la fortuna de vivir la etapa más brillante de la Agrupación Deportiva Almería, aún sienten profunda veneración por un central que marcó una época en el fútbol almeriense y dejó una profunda huella entre la afición rojiblanca de entonces. Su gran oportunidad llegó a los 27 años cuando Maguregui tomó las riendas del equipo en Segunda y permaneció fiel a los colores rojiblancos hasta la desaparición del equipo. Fue, ha sido y será un ídolo para los aficionados de entonces.
Desde entonces por el Almería han pasado muchos y muy buenos centrales, pero ninguno con las características de raza, contundencia y fortaleza del jerezano.
Treinta y cuatro años después ha irrumpido en el firmamento balompédico rojiblanco un jugador cuya semejanza con el mítico Piñero se hace más patente en cada partido, es madrileño, se llama Trujillo y ha llegado al primer equipo rojiblanco con 25 años, sin que nadie le haya regalado nada porque ha tenido que ganárselo a pulso en las seis campañas que ha estado en el filial procedente del Azuqueca.
Consejos de Piñero
Son ya muchos los aficionados que no dudan en afirmar que ha llegado a Almería una nueva versión del gran Piñero y a este futbolista el veterano le aconseja que “siga trabajando con las misma ilusión del primer día, que no se desanime cuando lleguen los momentos malos, que confíe en él mismo y en sus compañeros. Es un buen central que reúne todas las cualidades para triunfar porque es muy completo, trabaja bien, es serio, tiene intensidad y al venir de la cantera es doblemente positivo”.
Vive en Jerez pero lleva en sus venas sangre rojiblanca. “Siempre que puedo veo al Almería, es mi segunda cada, allí me trataron de maravilla y mantengo un montón de amigo. Espero que tengamos suerte, porque yo soy rojiblanco, y veamos al Almería otra vez en Primera. Vamos por el buen camino”.
Trujillo, el nuevo Piñero
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