jueves, 1 de noviembre de 2012

El Celta se escapa vivo ante un Almería que mereció quedarse más cerca del Real Madrid

Rafita ha mantenido su titularidad de liga también en Copa

Espectacular segunda parte del equipo de Javi Gracia, que pudo haber cerrado la eliminatoria en casa
Papel destacado de los menos habituales, con dos golazos incluidos obra de Jonathan y Abel Molinero
 
ALMERÍA360 | PACO ALONSO
El Almería de los reservas comenzó maniatando al Primera División, estando muy bien posicionado sobre el pésimo terreno de juego y controlando las tímidas acometidas del Celta, que prefería verlas venir. Eso sí, a pesar de que ya en el minuto 2 se pudo completar la primera jugada con último pase incluido, que ha venido siendo el gran problema de los últimos partidos, después se volvió a cometer el mismo pecado. Aarón sirvió a Abel, que se sacó de la chistera un remate en escorzo con el exterior del pie y en salto, todo un reto desde dentro del área que acabó en córner porque el guardameta Sergio realizó una buena estirada. Eso fue lo primero y lo último hasta el descanso, ya que después el animoso juego rojiblanco no tuvo engarce para la finalización.
De este modo, con el tiempo volando en el electrónico, apenas un cabezazo flojo y desviado de Jonathan, en una mala posición en el minuto 8, y un rechace cazado por Casquero en la frontal con disparo alto por poco en el 38, fue lo que se pudo contabilizar por parte de los de Gracia, que llevaban el peso del partido pero en una permanente pelea consigo mismos, sin apenas avanzar hacia la portería contraria. Mientras tanto, los celtiñas salían con velocidad cuando robaban el esférico, con un par de aproximaciones con cierto peligro, primero a través de un centro desde la derecha cortado por un inconmensurable Marcelo Silva en el 15 y después con un mano a mano de De Lucas, que arrancó en posible fuera de juego y que acabó chocando contra Diego García y pidiendo una pena máxima que no se le concedió. Esto sucedía en el minuto 26.
Cabe destacar la gran actuación que en la banda zurda tuvo Gunino, a pesar de estar desplazado de su lugar natural, llegando con solvencia a todos los balones incluso estando de cierre. Tanto él como el resto de la defensa tampoco es que pasara demasiadas complicaciones en la primera mitad, y basta apuntar al respecto el hecho de que el Celta no tiró a puerta en ningún momento, ni entre los tres palos ni fuera de ellos. Su actitud de resolver en Balaídos quedó más que patente y sin lugar a la duda, siendo evidente que seguiría en la misma línea a la vuelta del descanso, con el cambio obligado por lesión sobre el pitido final de Samuel, sustituido por Cabral. El Almería también efectuó de inicio otra recambio, pero pensando en tensar más el choque y viajar con ventaja a Vigo, dando entrada a Verza y dejando en la caseta a Ramón Azzez.
El apunte del cambio visitante es significativo, ya que el defensa recién incorporado marcó un gol de cabeza anulado por fuera de juego en el minuto 49, apenas uno después de que una subida de Rafita por la derecha acabara con un disparo muy arriba por parte de un atento Jonathan barriendo el esférico. Era una premonición, ya que por fin en el minuto 52 el burkinés veía puerta tras una subida por el centro de Casquero con Charles, que sirvió al enganche para que, un pasito dentro del área, acomodara una rosca preciosa al palo largo de Sergio y el balón acabó besando las mallas. Con el 1-0 en el marcador, el ritmo del choque se vio incrementado saliendo a casi ocasión por minuto, pero casi todas para el Almería, que se reencontró a si mismo tras mucho tiempo.
Así, Aarón persiguió el gol con un duro disparo que logró colarse entre la maraña de futbolistas, pero que paró sin problema el meta visitante en el 56. La respuesta gallega llegó a través de Toni, que chutó sin demasiada fe desde la frontal en el 57. El ritmo seguía fuerte, y Jonathan, insuflado por el gol marcado, peleaba una pelota en banda izquierda con un meritorio recorte hacia adentro, pero se precipitó buscando otra rosca que se le fue sin alcanzar el efecto necesario para coger puerta cuando tenía opciones de aproximarse más a la meta o de servir a Aarón, que llegaba pleno de fuerza. El Celta lo buscó justo en la hora de partido a través de Park, cuyo cabezazo se marchó fuera por poco a la salida de un córner, pero casi en la vuelta al otro campo Casquero encontró el hueco para servir a Charles en carrera un balón que lo dejaba solo ante el portero. Jonathan Vila no podía hacer otra cosa que no fuese agarrarlo medio metro fuera del área y por ello vio la tarjeta roja. Era el minuto 61.
Javi Gracia decidió que la eliminatoria podría ir más rojiblanca a Balaídos, e introdujo en el campo a Aleix Vidal de refresco atacante y el equipo lo notó. Sin embargo, la más clara la generó un magistral Marcelo Silva saliendo desde la cueva, condiciendo por el centro y metiendo un pase de tiralíneas a Abel en el 73, que marró el mano a mano generado por el uruguayo. Todavía lamentándose por la ocasión fallida, el Almería insistía y Hernández Hernández no pitó un claro penalti sobre Charles en el minuto siguiente, derribado dentro del área chica, quizá porque la pelota cayó para Aleix Vidal casi pegado al poste, pero el tarraconense no tuvo suerte en su chut, ya que el cuero se paseó de palo a palo para marcharse después fuera al lado contrario. En el minuto 76, y el mismo extremo sirvió para que Ulloa cabeceara forzado. El ritmo no decaía y se percibía en el ambiente que de un momento a otro podría caer el segundo.
Casquero lo rozó en el 84, cuando sorprendío a todos colándose por el centro de la defensa para quedarse solo y rematar de cabeza un buen servicio de Abel. Su intento se fue arriba. Casi en la siguiente jugada el propio interior zurdo no la puso, sino que se la jugó él mismo y su precioso disparo lo sacó con una estirada apurada Sergio. Abel tenía que marcar porque había estado muy cerca de lograrlo y se lo merecía, y fue ya en el 86 cuando un maravilloso empalme sin dejar caer un esférico que venía desde la esquina le dio su recompensa en forma de golazo de bandera. Era el 2-0 que alegraba al escasísimo público presente en el estadio y que ponía la eliminatoria con bastante color rojiblanco de cara a Balaídos. Cierto es que el Celta no era el Celta del todo, y que Paco Herrera reclamó dos penaltis con 0-0 en el marcador, pero el Almería contrajo méritos suficientes como para haber cerrado ya en casa su pase a los cuartos de final y así poder vivir de nuevo, año y medio más tarde, dos choques contra el Real Madrid.

UD Almería: Diego García; Rafita, Trujillo, Marcelo Silva, Gunino; Azzez (Verza, min. 45), Casquero; Aarón (Aleix Vidal, min. 69), Jonathan, Abel Molinero; Charles (Ulloa, min. 75)
RC Celta de Vigo: Sergio; Samuel (Cabral, min. 45), Vila, Jony, Bellvís; Madinda, Bustos, De Lucas (Hugo Mallo, min. 63), Joan Tomás; Tony (Dani Ábalo, min. 64), Park
Goles: 1-0: Jonathan (min. 52); 2-0: Abel Molinero (min. 86)
Árbitro: Hernández Hernández (Colegio Canario). Amonestó a Joan Tomás (min. 79) por parte visitante, y expulsó con roja directa a Jonathan Vila (min. 61), también del Celta.
Incidencias: Partido correspondiente a la ida de la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 2.487 espectadores. Terreno de juego en pésimas condiciones y antes del inicio del choque se guardó un minuto de silencio en memoria del tristemente fallecido Rogelio Hidalgo, primer presidente de la UD Almería y dirigente con el que ascendió a la Liga de Fútbol Profesional, de la que no se ha ido desde entonces, cuyo funeral se ha realizado hoy mismo.
El Celta se escapa vivo ante un Almería que mereció quedarse más cerca del Real Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario