· Mejía defiende a su compañero en la acción donde vio la tarjeta que le impedirá jugar en Soria
· Frente al Mirandés opina que les faltó una marcha más en la primera mitad
PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
Mejía, entre Barbero y Manzano, escucha a Villalobos
Álvaro Mejía se sumó ayer a su entrenador, Javi Gracia, en la defensa de Charles por la acción que le costó la cartulina amarilla que le impedirá jugar en el campo de Los Pajaritos por acumulación de tarjetas. El técnico pamplonica ya explicó que a su modo de ver el árbitro resuelve una discusión entre el brasileño y el jugador del Mirandés Iván Agustín cortando por lo sano, sin pararse a mirar quién la había incitado.
El propio colegiado del encuentro, el vasco Vicandi Garrido, no aclara demasiado las circunstancias de la amonestación en el acta correspondiente, que de forma textual reza: "En el minuto 83 el jugador (9) Charles Días de Oliveira fue amonestado por el siguiente motivo, encararse con un adversario sin llegar a oir lo que se decían".
Si que dos jugadores se encaren es ya de por sí razón insuficiente para amonestar a un jugador, parece aún más injustificado que el árbitro sancione sin siquiera haber oído los términos de la discusión entre ambos, extremo en el que ayer abundaba Álvaro Mejía en la tertulia que Onda Deportiva realiza en el Café Mombasa.
"Creo que Charles quiere evitar la trifulca y el árbitro se lava las manos sin saber siquiera lo que ha pasado porque era lo más fácil para él y no quería que hubiera acciones de esas. Yo defiendo a mi compañero porque sé que el árbitro a veces no se moja en analizar lo que ha pasado", explicaba el central madrileño, pareja habitual del brasileño en el pádel.
Más allá de esa acción en la recta final del encuentro que merma el potencial rojiblanco para medirse al Numancia el próximo domingo, Mejía lamentaba no haber salido con más empuje en la primera mitad: "Sabíamos que sería un partido muy táctico porque el Mirandés ha ido modificando mucho su forma de jugar, contra el Barça B les fue muy bien y sabíamos que nos costaría encontrar profundidad, teniendo que madurarlo. El equipo fue de menos a más, quizá en la primera parte teníamos que haber entrado con una marcha más, pero sabíamos que no iba a ser fácil. Intentamos cansar al rival y la pena fue que no hubiera diez minutos más porque terminamos más enteros que ellos".
Se trata del segundo empate que el Almería cede en el Estadio Mediterráneo tras el cosechado ante el Hércules, si bien el zaguero se daba por satisfecho: "Hay partidos en los que el rival tácticamente te lo pone difícil desde el principio y hay que evitar recibir un gol en contra porque tenían delanteros rápidos e inteligentes como Alain y Díaz de Cerio. Intentamos madurarlo porque sabíamos que para el Mirandés era un triunfo el empate. Tú quieres ganar desde el principio, pero hay rivales que dejan más espacios como el Barcelona B y otros más organizados que si empiezas por detrás en el marcador te cuestan mucho más".
Tras dos años en el fútbol turco (Konyaspor) y un fugaz paso por el francés (Arles-Avignon), Mejía no se arrepiente del lugar escogido para su regreso a la Liga: "Está claro que para mí es volver a empezar porque cuando sales al extranjero la gente te desubica y no te sigue tanto como cuando estabas aquí. El Almería va a pelear por estar arriba y era una buena opción desde que me propusieron volver al fútbol español".
Consolidado en el eje de la zaga junto a Ángel Trujillo formando una pareja tan insólita como efectiva, Mejía no piensa qué ocurrirá cuando Pelle tenga el transfer en regla y Gracia tenga que adoptar una determinación, pues ya dijo que estaba deseando que llegara el 6 de enero, fecha en la que podrá contar con el argentino: "Conociendo al míster, creo que le dio un capotazo a Pelle, que es un compañero espectacular. Hay que ponerse en su pellejo, sufrir esa situación y llevarla con tanta alegría. Creo que el míster quiere que se sienta lo importante que es".
"Charles quiere evitar la trifulca y el árbitro se lava las manos"
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