Tony Fernández [ La Voz de Almería]
Me tocó vivirlo y narrarlo para toda España. En la primavera de 1986 un equipo de Almería vestido de verde ganaba la Liga Nacional de Fútbol Sala. Colgando el cartel de no hay billetes pasó aquella temporada en la que toda España miró al Sur, gracias a Guillermo Blanes.
La competición empezó entre pleitos. Las dos figuras mundiales, Claudio y SuperMauro, firmaron con el equipo de Almería ante la sorpresa del padre de este deporte en España: José María García. Aún a día de hoy es un secreto de Estado para Blanes aquella operación que arrebató todo el poder al vigente campeón y se lo dio a un equipo de Andalucía que quería ser muy grande.
Claudio y SuperMauro llegaron a Almería mientras los dos equipos y la Federación andaban de pleitos. La Liga empezó y los brasileños se quedaron con Errazquín. Aquello comenzó con una presentación de la plantilla donde el cambio de acera de Luis Malpica quedo eclipsado por los astros. El Grupo Deportivo Blanes ya era un equipazo con el internacional Fernando bajo los palos, dos cierres como los hermanos Malpica, un conductor extraordinario, Manolo Rodríguez y un entrenador sobresaliente.
Verlos jugar era una gozada. No cabía un alfiler y debajo de la cabina de prensa siempre los primeros los jugadores del Poli Almería con José Victor a la cabeza. El deporte de Almería giraba sobre el eje de un equipo que maravilló y ganó la Liga que pretendía y representó a España en una Copa de Europa donde los árbitros impidieron la gesta. En Holanda no le dejaron ganar al campeón de aquel país y quedaron segundos del continente.
Blanes puso Almería en el mapa pero las instituciones le abandonaron y plegó velas para reaparecer creando un club grande.
Cuando Blanes puso a Almería en el mapa
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