Ángel Trujillo se ha ganado el reconocimiento y Marcelo Silva afirma estar viviendo su peor momento desde que firmó con la camiseta de la UD Almería hace dos años
JORDI FOLQUÉ | IDEAL ALMERÍA
Dicen que hay que estar en el momento justo en el sitio apropiado. Saber aprovechar mejor que nadie la oportunidad que el destino te tiene preparada. Si se falla en la primera, estar dispuesto a que la segunda no suceda lo mismo. Si se logra, la carrera deportiva puede convertirse en una cara. Si el tren pasa, todo lo que se había pensado se convierte en un suplicio. Es la cruz del deporte. Lo que les ha pasado a Ángel Trujillo y Marcelo Silva. Cara y cruz. Al menos hasta el momento. Parecía que la moneda iba a ser al revés para los dos a comienzos de la pretemporada. El tiempo, no en exceso, ha hecho que sea completamente al contrario de lo pensado y esperado. El madrileño está aprovechando su oportunidad y ganándose el reconocimiento de todo el entorno de la UDA. El uruguayo lleva, desde hace dos campañas, un aura negativa. En el campo no le salen las cosas y fuera, cuando se le puede presentar una oportunidad, el destino le es esquivo.
Ayer pasaron ambos por la zona mixta del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Tanto Trujillo como Marcelo Silva coincidían en bastantes cosas. Casi en todas. Ambos han esperado su oportunidad. Cuando la tuvieron –el madrileño en menor medida– se encontraron que fueron el centro de las críticas. El uruguayo tuvo varios errores que lo condenaron a salir en forma de cesión a Peñarol. El capitán del ‘B’ el curso pasado, por su parte, a no tener más opciones de titular con los mayores durante el anterior ejercicio y ver que, al final de la temporada, el club le ofrecía dos años de contrato.
Trujillo se mostraba feliz por el momento que está pasando. Un momento que ha llegado por «trabajo». «Empecé en la pretemporada como quinto central. Si he podido entrar ha sido con trabajo que he tenido mi recompensa», señalaba mandando un aviso a todos los que creen que por tener un compañero por delante ya no van a tener opciones de jugar en todo el año. Y eso que no comenzó bien su andadura esta campaña. Primera titularidad y 3-0 en contra ante el Sabadell. Sin querer ‘barrer’, el central apuntó que en tierras catalanas «el equipo entero no estuvimos bien. Eso repercute en los defensas. Hay que ver los goles que nos metieron. Ante el Guadalajara el equipo gana porque marca cuatro goles y porque atrás se hace un gran trabajo».
Después llegó la Copa del Rey y se encontró con el respaldo del entrenador. El que ha confiado en él desde el primer día impidiendo que pudiese salir en verano cuando tuvo algunas ofertas (Guadalajara, Xerez o Las Palmas). No quiere lanzar ninguna campana al vuelo. Ni tan siquiera se sigue viendo titular. «Lo único que sé es que mañana (hoy) entreno. Hay que trabajar al máximo. Jugar es una recompensa muy grande», manifestaba.
El ‘5’ sí que no tenía reparos en reconocer que, por ahora, «me están saliendo buenos partidos y el equipo está ganando. Hemos dejado la portería a cero en los dos últimos encuentros y es importante». Nada mejor que esta estadística para olvidarse de una derrota y que nadie se fije en la defensa por lo negativo. Ante el Guadalajara, pese al 4-0 final, Esteban dijo que todo se había producido gracias a que Trujillo salvó el 0-1. El madrileño agradecía las palabras de su compañero aunque le quitaba méritos. «Tuve la suerte de sacar ese balón y, está claro, que si empezamos perdiendo recuerdas el partido de Sabadell y ellos se encierran atrás para hacernos muy difícil que pudiéramos ganar el encuentro».
Un choque que propició que la UD llegase a los 12 puntos en cinco partidos. Números que están haciendo que todos piensen que el ascenso es el único objetivo y como exigencia. Él es de esa opinión. «Hay que ser exigentes. Durante la pretemporada hemos estado muy bien y no hemos perdido ningún partido. Está claro que si seguimos igual, cuando haya alguna derrota, se nos exigirá bastante más al equipo». Pero piensa que mirar a junio a estas alturas puede ser negativo. «Hay que ir poco a poco. Ahora sí es verdad que las cosas están muy bien. Cuando perdimos también la gente decía qué pasaba. Vamos a ir pensando partido a partido y luego ya se verá». Como se verá si juega este sábado en Ponferrada. Vuelve Pellerano al equipo almeriense. El pensamiento no le varía. «Eso no es problema. Somos un equipo y cada uno sabe su rol. Yo trabajo para jugar como todos. Si me toca jugar el sábado, encantado. En caso de no poder hacerlo, intentar ayudar en todo», sentenciaba.
Marcelo sin ‘paños calientes’
La cruz de la pareja la protagoniza Marcelo Silva. Mientras que otros jugadores prefieren esconderse cuando las cosas no les van bien –o cuando marcan goles–, el uruguayo siempre ha dado la cara. Cuando ha jugado o cuando no lo ha hecho. Siempre reconociendo sin problemas su estado anímico o deportivo. Como lo hizo ayer. Sabe que no está jugando. Que cuando ha tenido la oportunidad de hacerlo la lesión en el tobillo se lo ha impedido. Puede estar mal, pero piensa en el compañero que juega para saber que debe tener «buena cara y apoyarlo».
El charrúa está fuera del equipo por decisión técnica. Así que debe «trabajar fuerte para ponerme bien. Se nota que he estado una semana sin entrenar. Ya disponiéndome lo mejor posible para que el tobillo se recupere bien». Un percance que agrava su puesto en el plantel. «Son momentos que a veces uno pasa a nivel futbolístico. No me ha tocado jugar. Vengo entrenando bien. Ahora, que podía tener la oportunidad de estar en convocatoria, tengo la mala suerte de la lesión en el tobillo. Son cosas que pueden pasar y que me están pasando. No es un buen momento personal. Espero que, a nivel personal, se pueda revertir la situación. No para el equipo, que vamos muy bien».
En su pensamiento está el poder jugar. Para eso debe superar a algunos compañeros y, lo más importante, a él mismo. «Cuando se me pueda dar una oportunidad, espero poder aprovecharla para ayudar en lo posible al equipo» , apuntaba. En un momento que se acuerda de la pretemporada. Quiso estar en Almería antes que con la selección olímpica en su condición de reserva. «Cuando uno llega lo hace con la mejor de las intenciones. a veces no se dan las cosas como uno espera. Hay otros compañeros que lo están haciendo muy bien. Por suerte, desde el primer día que llegué ha habido una competencia sana. Uno tiene siempre que estar ahí. Cuando uno está dentro espera que el que se quede fuera le muestre el apoyo y no ver una mala cara». Así que entiende que debe «estar con la mejor cara posible porque el objetivo es común y es el ascenso».
No quiere pensar en enero y si saldrá una segunda vez. «Para enero queda mucho todavía. El año pasado yo no tenía continuidad y se vio la opción de salir para otro equipo y que jugara. Ahora, acá se me ha dado como la pasada temporada. Si hasta enero no tengo la oportunidad, puede pasar cualquier cosa». Antes de que esto pueda ocurrir, se pone en la piel de Trujillo para ver que ha aprovechado su oportunidad con la expulsión y lesión posterior de Pellerano. «Puede ocurrir como la lesión de Pellerano que ha entrado Trujillo. Uno tiene que esperar su oportunidad de la mejor manera posible y totalmente preparado con tranquilidad».
Y como nunca se esconde, Marcelo Silva reconoció que está viviendo su peor momento en Almería. Una frase ya repetida. «Se podría decir que sí porque no estoy jugando. No siempre vas a jugar y que te vaya bien. Te pueden llegar altibajos y a nivel mental hay que estar bien para cuando te toque jugar», dijo la cruz que quiere ser cara.
UD Almería: Cara y cruz para el centro de la zaga - Unión Deportiva Almería S.A.D.
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