domingo, 23 de septiembre de 2012

Cegados por las prisas



El filial dispuso de ocasiones y al errarlas, se puso nervioso y le falló la cabeza
El Cacereño, un rival limitado, se llevó un inmerecido punto sólo con orden
PABLO LAYNEZ / DIARIO DE ALMERÍA


Edgar se saca como puede un disparo ante la presencia de cuatro jugadores

Hay veces que uno se va del estadio de fútbol después de ver a su equipo y se pregunta: ¿Cómo se ha podido escapar la victoria? Lo fácil es echarle la culpa a la mala suerte, puesto que hay determinadas jugadas en las que posiblemente la fortuna le sonríe más al rival. Pero si uno se para a pensar y a analizar un choque, hay más condicionantes que deciden la balanza para alguno de los dos bandos o que la deja en el término medio.

Si el filial del Almería ayer hubiese sido boxeador, el Cacereño no le hubiese durado ni un asalto. A los puntos, los rojiblancos masacraron a un conjunto extremeño que sólo pudo aguantar contra las cuerdas la lluvia de tortas y confiar que ninguna impactara en uno de los puntos débiles. Y a los cacereños les salió la jugada porque defendieron de forma muy ordenada, algo a lo que ayudó que el Almería B se pusiera nervioso muy pronto y perdiera la templanza. Tras el descanso, a los de Francisco se les fue la claridad de ideas pese a que tuvieron claras ocasiones para marcar. Si ya se precipitaban en los propios saques de banda desde el minuto 46, pocas veces escogieron la mejor opción cuando se acercaban al área rival. Así fue imposible sorprender en alguna contra.

Desde el pitido inicial, el Cacereño optó por formar una muralla de nueve jugadores ante el área de su meta, el mejor de su equipo. Los rojiblancos se hicieron con el control del esférico y trataron de moverlo con sentido, aunque a veces abusaron de los pases horizontales. Por las bandas, el filial comenzó a crear peligro. Tras un disparo algo desviado de Cristóbal, llegó la jugada que pudo desnivelar el choque: Sergio recupera un balón en la derecha y le pone un precioso centro a Edgar que remata a las mallas de la portería extremeña. Pero el árbitro no concede validez por posición adelantada del extremo, que ayer fue titular en vez de Joselu.

El gol se mascaba y parecía que iba a ser cuestión de tiempo. Los almerienses maduraban las jugadas ante un Cacereño que no llegó en ninguna ocasión a la meta del portero almeriense. Chumbi recibe un balón en la frontal, se lo prepara a su izquierdo y su disparo lo desvía Jaráiz cuando iba rumbo a la portería. Segundos después, el malagueño Cristóbal se lleva un rechace y se marcha solo hacia Fuentes, pero se precipita y en vez de avanzar lanza desde fuera del área y pierde otra ocasión. Muchos 'uy' en las incómodas gradas del anexo, que volvieron a presentar un gran aspecto, pero el marcador no se movía.

A poco que mejorara la puntería, el tanto tenía que caer. El comienzo de la segunda mitad fue prometedor con un cañonazo de Cristóbal buscando la escuadra y un gran disparo raso de Raúl García, ambas desde fuera del área y que obligaron a lucirse al meta extremeño. Pero ahí se le fundió la bombilla a los rojiblancos. Unas prisas poco comprensibles porque el partido estaba totalmente controlado y el Cacereño no inquietaba comenzaron a hacer mella en los almerienses, que eran incapaces de acertar con el último pase o de acabar de forma sensata los contragolpes. Y el cambio de Cristóbal, dejó ya sin ninguna idea al equipo.

A falta de diez minutos, en las dos únicas ocasiones que tuvo el Cacereño, pudo llevarse los tres puntos. Sergio se come un despeje de la defensa rival y Chapi perdona solo ante Gianfranco. Apenas unos instantes después, el propio jugador cacereño corta un mal saque del meta almeriense, que arregla el desperfecto al lanzarse raudo a los pies del rival. Ahí iba a morir un partido que impide que los almerienses continúen su ritmo imparable.

Cegados por las prisas

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