Okoro y Azeez ya son almerienses

Stanley Okoro, a la izquierda, junto a su compañero, Ramón Azeez, en el Estadio del Mediterráneo

CARLOS FELIPE / LA VOZ DE ALMERÍA

"Cuando me vieron salir con los visados sellados, los dos se pusieron a llorar de alegría", cuenta Pedro Reverte, secretario técnico del Almería y jefe de la expediciónn que viajó hasta Lagos -capital de Nigeria- para resolver la operación. Un caso que lleva un año de retraso por culpa de un sello; un sueño que por fin deja de estar borroso tras meses de desesperación.

Okoro y Azeez acompañaron a Reverte durante los tres días que duró la operación. El tiempo apremiaba porque mañana mismo se cierra el mercado de fichajes y esperar hasta enero hubiera sido un suplicio. El Canciller español recibió al representante del club rojiblanco el miércoles pasado y al día siguiente, jueves, selló el visado de los jugadores. La burocracia estuvo a punto de dar al traste con la ilusión de dos jugadores agradecidos al club que ha apostado por ellos de una manera honesta, seria y responsable. Aunque en Almería nos puedan parecer dos promesas de verano, Okoro y Azeez vienen como algo más.

Internacionales. El primero ya ha jugado con las Águilas Verdes, y su nuevo compañero es capi de la sub 20. Llegan a Almería con el mono de trabajo puesto, como dos peones de obra más. Currarán a las órdenes de Francisco en el filial, y si quieren triunfar en el club rojiblanco tendrán que ganarse el puesto. Ellos lo saben, ellos lo quieren. Por eso tenían tantas ganas de que todo se resolviera pronto. Tienen ganas de fútbol. Okoro es apodado en su país como el pequeño Messi; procede del Heartland y es mediapunta zurdo. Veloz, rápido y con desparpajo a la hora de encarar a su rival. Azeez es un jugador de contención, centrocampista y fuerte. Las miras del Almería se fijaron en ambos en aquel Mundial sub 17 en el que Nigeria eliminó a España en 2009 -con gol de Okoro-. Las dos perlas brillaron y el club rojiblanco se adelantó a muchos equipos europeos.
El reto de la adaptación. La calidad de Okoro y Azeez como futbolistas está asegurada. El objetivo ahora será la adaptación a una cultura diferente, a un idioma distinto y a un fútbol con más proyección. La predisposición de ambos es excelente puesto que saben, de primera mano, la apuesta decidida que ha realizado el Almería. El club ha pagado sus fichas a pesar de no contar con ellos y, ahora, la pelota está en sus tejados. Los niños deberán comportarse como hombres y entonces el futuro será inmediato.
Entrenamiento normal. Los futbolistas no han estado parados durante este tiempo. Okoro incluso estuvo entrenando en Almería durante tres meses, el mismo tiempo que duró un permiso temporal que obtuvo en 2010. Tres meses y vuelta a Nigeria, donde ha estado entrenando con su anterior club, que le ha permitido ser uno más aunque su fichaje por el Almería fuera una realidad. La incertidumbre de su futuro le ha afectado mucho y lo ha pasado realmente mal, comenta alguien de su entorno. Ídem en el caso de Azeez, que ha sido el capitán de la sub 20 de Nigeria en el pasado Mundial. Un jugador con gran físico y buenas maneras con el balón. El sueño, al fin, ha terminado con final feliz. Ahora es el turno de llevarlo a la vida real.