El ascenso a Primera lo lograron 21 futbolistas españoles, frente a los 8 de la pasada campaña · David Rodríguez y Alex Quillo, últimos fichajes ibéricos
Pablo Laynez / Diario de Almería
Conforme se iba consolidando en Primera División, el Almería iba perdiendo una de sus señas de identidad. Frente a la idea que tenía Alfonso García de rellenar huecos con jugadores del filial, que quedó en agua de borrajas porque el Almería B tampoco estaba para tirar cohetes en Segunda B, y la intención de la FIFA de que todos los equipos alinearan a seis futbolistas que puedan jugar con la selección nacional de los respectivos países [esto es, españoles] y cinco extranjeros, la controvertida medida del 6+5, el club almeriense se cebó en contratar futbolistas principalmente sudamericanos.
El Almería llegó a la máxima categoría del fútbol español con una base de 21 futbolistas nacionales y se despidió de la misma con tan sólo 8. Presidente, directivos y secretario técnico han apoyado esta política con la opinión de que el coste de los jugadores foráneos es mucho menor que el local. En aquel histórico once de Unai Emery que se recitaba casi de memoria, tan sólo Westerveld, Acasiete y Uche ponían la nota exótica. El resto de titulares eran producto nacional: Bruno, Carlos García, Mané, Cabrera, Corona, José Ortiz, Crusat y Michel. De hecho, en el resto de la plantilla tan sólo había un extranjero más: el lateral francés De Palmas.
A pesar del salto que supuso el ascenso a Primera, el Almería no tiró la casa por la ventana y volvió a apostar por lo español. Cobeño, Negredo, López Rekarte, Juanito, Pulido, Juanma Ortiz y Natalio llegaron para afianzar una base local, que había descendido de los 21 de la campaña 2006-07 a los 16 del año del debut. Pese a ello, sólo los brasileños Diego Alves y Felipe Melo evitaban el pleno español en el once, que completaban: Bruno, Mané, Carlos García, Pulido, Juanito, Soriano, Juanma Ortiz, Crusat y Negredo. Iriney y Kalu Uche jugaban con cierta asiduidad; Dos Santos, Vidangossy y Paunovic no rascaron bola.
Las dos siguientes temporadas, 2008-09 y 2009-10 fueron las del desembarco de sudamericanos [Piatti, Solari, Julio Álvarez, Pellerano, Bernardello, Borzani o Vargas] y el fin de la apuesta por el producto nacional. David Rodríguez y Alex Quillo, que no contaron ni para Hugo Sánchez ni para Lillo, fueron los últimos jugadores españoles por los que el Almería pagó. La salida de futbolistas nacionales claves como Negredo, Bruno, Mané, Soriano o Cisma no se tapó con gente de garantías. El club se centró en el mercado extranjero y apenas si miró con el rabillo del ojo el local.
Así, se ha pasado de los siete titulares españoles que había en la 2008-09 [Bruno, Mané, Carlos García, Juanito, Juanma Ortiz, Crusat y Negredo] a tres en la siguiente [Chico, Cisma y Crusat] y tan sólo dos en ésta última [Carlos García y Crusat]. De hecho, este último año el Almería empezó con tan sólo seis futbolistas nacionales y terminó con ocho porque Luna y Juanito, que llegaron a coste cero, se incorporaron en invierno. Como curiosidad, en el partido ante el Espanyol el equipo acabó con once extranjeros.
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