martes, 19 de abril de 2011

De Diego Valeri a Juanito

El argentino y el malagueño representan los cambios sufridos en la UD en la temporada 2010/2011
JORDI FOLQUÉ | ALMERÍA Ideal.es
La UD Almería ha sufrido a lo largo de la temporada varias transformaciones. O, más bien, varios intentos de transformación. Los cambios de técnicos y, en el mismo periodo de uno de ellos, la modificación del sistema ha provocado que los que eran importantes en un momento determinado pasasen al ostracismo a las pocas semanas... y viceversa. Esto en el caso de un mismo jugador. Una circunstancia que la pueden representar dos jugadores en su máxima expresión. El primero estaba en el inicio y se fue en enero. El segundo, defendía la camiseta del Málaga al inicio del ejercicio y, ahora, lleva dos partidos de titular. Los que lleva Roberto Olabe al frente del conjunto presidido por Alfonso García.
Diego Valeri era la apuesta decidida por la calidad en el verano. El dueño de la entidad 'aceptaba' la presencia de un cedido en su plantel para que diese ese lustre que significó en Lanús y que, por la competitividad, no pudo ejercer el pasado año en Oporto. El argentino estaba llamado a ser la referencia y el guía del juego ofensivo de los rojiblancos. Era el 'salto de calidad' que la entidad esperaba para mirar hacia los puestos altos de la clasificación y, si se podía, poner su nombre en las competiciones europeas.
En pretemporada se vio que se acoplaba a la perfección al sistema de cuatro centrocampistas. Era 'compatible' con Corona. Pero fue comenzar la Liga y Lillo determinó que el titular no era su mejor condición. Al menos hasta la cuarta jornada, cuando perdieron ante el Levante y se tocó por primera vez los puestos de descenso.
El técnico tolosarra, de cara a la 'final' en Coruña, cambió de sistema y puso a los veteranos. Pese a que sólo se ganó ese partido, repitió la alineación en las cinco semanas siguientes. El argentino era 'llamado' como revulsivo en algunos partidos, pero sin tener continuidad. El 'objeto de deseo' de Alfonso García perdía el protagonismo que se presumía iba a tener para darle ese plus de calidad. Agua.
Cambio de entrenador
El club determinó que se fuese Lillo y llegase José Luis Oltra. Si con el primero había perdido su sitio, con el segundo ya sí que se dio cuenta que era imposible el poder jugar. Simplemente porque en los esquemas del preparador valenciano no está el tener un jugador de sus características como mediapunta.
Sólo esperaba a que llegase el mercado de invierno para tomar otro rumbo. Y eso que justo antes de firmar la rescisión del contrato de cesión jugó uno de sus mejores partidos frente al Mallorca en la Copa del Rey. Oltra no le aseguraba la titularidad. Más bien, le dijo que había otros futbolistas por delante de Diego Valeri en sus planes. Finalizaba así la presencia del jugador que estaba llamado a marcar las distancias y darle el toque de calidad que buscaba un equipo planteado para actuar la próxima campaña en competiciones europeas. Al menos así lo decían los propios protagonistas en la pretemporada.
Quedaba la duda de si, al irse Diego Valeri, el Almería intentaría la contratación de un jugador de sus características. Pues no. La petición, tanto de la dirección deportiva como del propio entrenador, era la de un pivote defensivo. Se quitaba la posible 'magia' por tener más músculo al que añadir a los Bernardello, M'bami y Vargas.

Y se fichó a Juanito. El malagueño llegaba sólo para seis meses. Con la mente puesta en Estados Unidos, retrasó su marcha a la MLS, después de haber rescindido su contrato con el Málaga, con el que había comenzado la temporada.
Fue firmar el contrato con la UD y jugar de inicio. Fue el Coruña. El mismo lugar en el que Diego Valeri no pudo actuar en el campeonato liguero por una leve lesión y por el cambio de 'pensamiento' de Lillo, meses después servía para ver el nuevo Almería que se quería. Más consistencia defensiva y no tanto toque en el centro del campo.
Era la Copa del Rey y el cuadro rojiblanco daba su mejor imagen. Ese choque sirvió para clasificarse, por primera vez, en las semifinales. Prácticamente, la única alegría que a lo largo del ejercicio se han llevado los aficionados almerienses.
Una lesión de Juanito, en ese mismo partido, privó de que pudiese tener continuidad a la jornada siguiente.
Pero Oltra sabía que su presencia iba a ser más importante que la de Diego Valeri. Al menos, era el pensamiento. Esperaba que no le pasase como contra el Getafe en la primera vuelta. El valenciano reconoció que debió haber 'cerrado' el partido cuando a la media hora iba ganando 2-0.
El malagueño tuvo su oportunidad para que eso fuese una realidad. Tanto ante el Deportivo en el Mediterráneo como frente al Málaga, en La Rosaleda, Oltra miró al banquillo para que Juanito saliese como revulsivo para que «no se jugase más». No surtió el efecto buscado.
Olabe lo hace titular
Y con la llegada de Olabe al banquillo rojiblanco, otro nuevo cambio de sistema y de 'mentalidad'. El preparador vasco ha sido una mezcla de Lillo y Oltra. Ha recuperado la mediapunta -en dos partidos varios han sido los jugadores que han ocupado esa demarcación- y ha puesto como titular fijo a Juanito. El mediocentro defensivo para dar algo más de libertad a Bernardello. El gran perjudicado, Modeste M'bami. El camerunés fue una obsesión de Lillo que medió para que siguiera.
Ahora ha perdido el puesto tras una temporada más que irregular. Como la regularidad que le ha faltado al equipo.

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