JUANJO AGUILERA | ALMERÍA 20 septiembre 2015

José Ángel lucha, convencido, por hacerse con el balón en presencia de Antonio Puertas y Fernando Soriano / J.J.A.
Decía Casto Espinosa, el portero de la UD Almería, el pasado viernes que la intención del Almería, en cada partido, es el de conseguir imponer las señas de identidad del equipo; que los partidos tengan como característica principal la exhibición de un fútbol propio, casi con denominación de origen, el mismo que desde comienzos del pasado mes de julio se madura en la cabeza de Sergi Barjuan, con una plantilla que es la idónea para tratar de imponerlo, sea el rival que sea el que se ponga delante. Sin embargo, ese 'sello' no ha conseguido 'tatuarlo' sobre el campo nada más que en la mitad de los partidos de competición oficial que se llevan celebrados y en la otra mitad ha faltado regularidad para hablar con contundencia de que el objetivo se ha logrado.
Dicen que el acto de fe está determinado por el objeto en que se cree y en el intervienen diversos elementos que pueden condensarse en dos factores, el objeto en que se cree y la persona que realiza el acto de creer. Por lo que atañe al primer aspecto, se trata de algo esencial, ya que califica a las cualidades y a la intensidad de la persona que quiere creer.
Señas de identidad
Lo de hoy en el Estadio de los Juegos Mediterráneos es un acto de fe en toda regla que llega después de que, en Lugo, por el resultado 'obtenido', haya quienes la perdieran toda. Lo cierto es que en el partido de hoy la fe es la que moverá a ambos contendientes. De un lado, la UD Almería tratará de imponer sus señas de identidad, pero lo hará ante un Alavés que todavía no ha encontrado las suyas. La de hoy es una cita para creer y que la filosofía particular que abanderan rojiblancos y albiazules se plasme sobre el terreno de juego.
Los dos tienen obligaciones, pero con el objetivo marcado del ascenso es perentorio que la que gane en fuerza y posicionamiento sea la que predica, sin éxito total, el conjunto rojiblanco, que ha visto pasar cuatro jornadas sin el éxtasis de haber conseguido que quienes doblaron la rodilla se marcharan con esa sensación de ser incapaces de haber impedido la propuesta del equipo unionista. En casa, tanto Leganés como Osasuna tuvieron momentos de dominio, si no del balón sí del tempo del partido. En los desplazamientos casi ocurrió lo mismo, con la cita del Anxo Carro, la última referencia, como el día en el que se pudo perder la fe que se trata de recuperar hoy.
La semana ha sido, posiblemente, diferente a la del resto de las vividas desde que arrancó el trabajo colectivo por esa 'maraña' de ideas que, mezcladas en la imaginaria 'coctelera', deben dar la satisfacción que producen los éxitos que en fútbol son la consecuencia de las victorias. Sin llegar a ser rotundos, el trabajo se ha intensificado, como viene siendo semana tras semana, en pulir defectos que si los tienen los grandes ¿no los va a tener el Almería? Lo que sí es cierto es que esta UD Almería es uno de los grandes de la categoría, por lo que debe imponer su criterio en cada una de las citas que se le presentan en el campeonato liguero, que es que 'pita' en definitiva con la Copa como banco de pruebas y lugar de rodaje que será bueno mientras dure la presencia.
Algo puntual
En Lugo, parece que puntualmente -o esa es la sensación-, el Almería perdió todas las virtudes que había mostrado en las cuatro anteriores citas -las tres de Liga y la de Copa del Rey- y lo único que mantuvo fue el titubeo en defensa, por más que el conjunto de Luis Milla no hiciera más ocasiones que el resto de rivales que sí hicieron goles. Esta 'piedra filosofal' dio la espalda al equipo, pero simple y llanamente porque faltó llegada, acierto en los metros finales y así, de forma contundente, es imposible ganar o cuando menos lograr un empate, resultado por el que pujó y que pudo conseguir en La Romareda, en el primer partido a domicilio de la temporada.
Se antojan cambios. Un gol de falta, por ejemplo, como el encajado frente al Leganés en la primera jornada, no tiene más responsable que el ejecutor, pero cuando hay un gol que llega en acción continuada de un saque de esquina, como pudo pasar en dos de los recibidos en La Romareda o del encajado el pasado domingo, tiene culpables, más aún cuando los conceptos han sido trabajados, hasta la saciedad, a puerta cerrada o a 'plena luz' del día para mitigar esa incidencia tan dañina.
El trabajo de los últimos días ha dejado sensaciones como la posible vuelta de jugadores como Morcillo o Dubarbier, en defensa. El primero perdió el sitio tras el partido en Zaragoza y volvió para jugar la segunda parte por el estado físico de Cuéllar, y el segundo se quedó fuera de la lista para que fuese Adri Castellano el 'inquilino' de la banda izquierda. El 'tercer' capitán, tras Corona y Soriano, volverá a su puesto, también porque Adri, que podía haber entrado en convocatoria, se quedará en casa lesionado.
Las dolencias de Fatau dejan la puerta abierta para que Lolo Reyes siga cogiendo ritmo de competición por obligación y lo más normal es que lo haga con Montoro como 'pareja' de baile y sin haber trascendido si la punta del 'trivote' será para Corona, Heldin o incluso José Ángel Pozo -también con opciones para ser ubicado en banda derecha-. Iago Díaz, que no hizo mal partido en 'su' casa el pasado domingo dentro del tono regular -de nota, no de comportamiento- del total del equipo aparecería por banda izquierda.
No entra dentro de la extrañeza el hecho de volver a ver a Chuli como referencia arriba. La ausencia de su fútbol veloz se dejó notar en Lugo, donde el onubense no estuvo por la lesión sufrida en el partido frente a Osasuna, el penúltimo disputado en casa.
Sanar
Enfrente, un Alavés que llega con el objetivo de cortar la racha de dos derrotas encadenadas ante Llagostera y Mirandés. Estos dos tropiezos han congelado las buenas perspectivas del comienzo liguero del equipo de José Bordalás, tras superar en el arranque de la competición al Huesca y al Real Oviedo.
Los albiazules van a recuperar a Manu García, que fue baja por sanción hace siete días, que se notó más de lo deseado en el centro del campo y, sin Manu García, el Alavés perdió parte de la intensidad y despliegue físico que exhibido.
La posibilidad de repetir la alineación que dio a los vitorianos los seis primeros puntos depende de la evolución de Pelegrín, que viajó lastrado por una sobrecarga en el abductor, por la que no entrenó el viernes.
De confirmarse la baja de Pelegrín, se le podría abrir la puerta de la titularidad al canterano Einar, que solo jugó en Copa; y menos opciones parece tener en la pugna por la titularidad Aritz Borda, inédito aún este curso. En la alineación estará también Kiko Femenía, que, pese a haber arrastrado alguna molestia muscular, completó sin problemas la sesión del viernes integrado en el ritmo de trabajo de Bordalás.
El Almería tiene un acto de fe
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