jueves, 28 de mayo de 2015

Alfonso García, un Presidente de sangre caliente

Alfonso García, un Presidente de sangre caliente | Diario UDA



Alfonso García, presidente de la UD Almería, ha recibido multitud de palos desde que dijera públicamente que duda en cuanto a la plantilla que confeccionar para la siguiente temporada, debido a la falta de apoyo que recibe por parte de la afición, de las empresas y de las instituciones almerienses.



No tardaron entonces en surgir las dudas, sobre si el manda más del Almería estaba perdiendo la ilusión y las ganas de seguir adelante con el proyecto que empezara allá por el 2003, algo que a mi particularmente no me cuadra y es que además resultaría contradictorio, que una persona que quiere deshacerse de su club, hable de esa forma de su masa social y de su entorno empresarial e institucional, pues estaría devaluando, con sus propios comentarios, una posible futura venta de la entidad.



Son varias las lecturas que se pueden hacer de sus declaraciones tras el descenso, pero hay una que se entiende mejor desde el prisma de una persona que quiere al club y siente sus fracasos como el mayor hincha de la UDA, además, por supuesto, de haber supuesto un duro golpe económico para la entidad que preside, lo que supone el mayor de los motivos para estar más que enfadado. Alfonso se queja de falta de apoyo pero cuando critica a la afición, no menciona a los 10.000 fieles seguidores que van asiduamente al campo, sino a los que sólo esperan la oportunidad de conseguir la entrada gratis o a precio de partido benéfico.



No le falta razón, en que una ciudad con casi 200.000 habitantes y una provincia con unos 700.000, debería llenar el aforo del Mediterráneo, con pistas y sin pistas, porque el buen aficionado anima a su equipo en Primera, en Segunda, en un campo de hierba y en uno de tierra, incluso con una plantilla mediocre, si bien Alfonso no eligió bien el momento para reivindicaciones. El Presidente, por tanto, se equivoca en los tiempos, el partido ante el Valencia era momento de hacer de tripas corazón, llenar el campo a toda costa y más adelante, con los ánimos más calmados, exponer sus reclamaciones.



El calentón que sufrió tras el partido del descenso fue un grito al aire, un mensaje dirigido a ningún sitio, pues Alfonso sabe mejor que nadie que si no le han escuchado estando en Primera, ni mucho menos lo van a hacer con un equipo en Segunda y aquí no hablo sólo de aficionados, sino a las empresas e instituciones a la que se refería en sus declaraciones.



Sus palabras fueron más un desahogo interno que otra cosa, un llanto por lo que acababa de perder y por lo que dejaba de ganar, algo que en frío diría de otra manera, quizá con más tacto y que pudiera entenderse mejor, pero de lo que estoy completamente seguro, es de que Alfonso retomará muy pronto la senda del trabajo para conseguir confeccionar una plantilla cuyo único objetivo sea el de recuperar la categoría porque si la afición está contenta, a él le irá mejor y si se consigue el ascenso, su club tendrá también mayor valor.



Se lo dice alguien que vio al Presidente pañuelo en mano, llorando el descenso de la UDA y sufriendo desde hora y media antes del partido junto a su familia en el palco de autoridades. Alfonso sabe perfectamente que la planificación de esta temporada dejó mucho que desear y que de los errores del pasado deberá aprender en el futuro, es por eso que quizá no debió exigir en exceso, en un año en el que él tampoco quiso arriesgar, ni invertir, como también es cierto que, desde que le llovieran los reproches por los precios de los abonos de las primeras temporadas en Primera, no ha hecho más que bajarlos, eliminar los día del club e incluir a coste cero la Copa del Rey, sin olvidar que acercó los fondos a las porterías, para tratar de que más de 5000 aficionados vean mejor los partidos, tal y como le venían pidiendo desde hace muchos años. Todos esos detalles tampoco conviene olvidarlos, pues si algo ha intentado Alfonso con el tiempo, es tratar de ver el estadio lleno corrigiendo errores.



La afición pide fichajes para ir al campo, Alfonso por contra pide más respaldo y abonados, es la pescadilla que se muerde la cola, lo que está claro es que la ciudad de Almería debe mucho al presidente y que éste no llegará lejos si no se gana su cariño y afecto, se trata de una relación de simbiosis en la que ambos están condenados a entenderse, recobrar la ilusión será la tarea pendiente de todos y hacer un equipo competitivo en Segunda seguro que contribuirá a ello.

Alfonso García, un Presidente de sangre caliente | Diario UDA

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