FRANCISCO G. LUQUE | DIARIO DE ALMERÍA
Diez jornadas restan a la competición regular en el Grupo IV de Segunda División B. Son los duelos que le quedan a una UD Almería B que, tras su victoria del domingo en casa del Lucena (0-1), además de acabar con su maleficio fuera de casa en esta segunda vuelta, logró mantener, por segunda semana consecutiva, su puesto en la zona de play off de la tabla clasificatoria. La liguilla, aún no siendo un objetivo prioritario, bien parece estar en la mirada de una concienciada plantilla rojiblanca a la que Rivera quiere mantener con los pies en la tierra.
El entrenador del filial almeriense valoró tras el duelo en tierras cordobesas la entidad del rival y puso en relevancia el complicado triunfo que habían cosechado. "Ha sido un partido muy inteligente por nuestra parte", manifestó el malagueño. Por otro lado, Rivera habló también de la línea de trabajo a seguir, aunque hizo un llamamiento muy claro a la calma. "Sabíamos que ellos iban a estar muy intensos y que nos iban a poner las cosas muy difíciles, pero estamos satisfechos por el juego que hemos hecho. Tenemos que seguir trabajando pero sin obsesionarnos", declaró, en la misma línea que desde hace semanas lo hacen el resto de miembros de la segunda plantilla rojiblanca. Se quiere evitar la presión a toda costa, y por el momento, parece que ese camino de cierta tranquilidad está dando buenos frutos.
Aún restan 30 puntos al curso, una cifra que puede hacer cambiar mucho las cosas todavía, pero el Almería B no da muestras de ser un equipo que vaya a bajar los brazos. El fin de semana acabó con la imbatibilidad como local de los lucentinos, destacando que los rojiblancos aún siguen sin saber lo que es perder en el Mediterráneo. Para más fortuna, el cuadro de Rivera se sacó de una vez esa espinita que llevaba arrastrando desde que se cruzó el ecuador de la competición y se reencontró con una victoria lejos de tierras almerienses. Este es el camino, el de la regularidad, el que puede hacer al Almería B cada vez más candidato a quedarse con una de esas cuatro plazas que otorgan el derecho a soñar con dar el salto de categoría.
Trabajar sin obsesionarse
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