PACO GREGORIO | DIARIO DE ALMERÍA
Alfonso García rompió ayer unilateralmente el matrimonio que a nivel deportivo lo unía con Francisco desde el 4 de julio de 2013, cuando ambos simbolizaron con un apretón de manos la llegada al banquillo del primer técnico almeriense en la historia de la UDA, pacto refrendado un año después tras la consecución de la permanencia mediante la renovación contractual del entrenador.
La mala imagen ofrecida por el equipo en la goleada de Eibar (5-2), unida a la pésima racha de ocho jornadas sin conocer la victoria (2 puntos de 24 posibles en ese tramo) provocaron que el presidente del Consejo de Administración decidiera destituirlo en la madrugada del martes, pese a no caer en zona de descenso.
Francisco, que hizo noche en Bilbao con el resto de la expedición al no despegar el vuelo chárter por la imposibilidad de llegar a Almería antes del cierre del aeropuerto, se enteraba de la noticia al aterrizar en la capital por boca de Andrés Fernández. Su rostro al descender del autobús ya denotaba que la procesión iba por dentro. Jaime, su segundo, fue el encargado de dirigir la sesión.
Era en torno al mediodía y a los pocos minutos una nota de prensa colgada por la entidad en su página web motivaba la decisión: "Las ocho jornadas consecutivas que lleva el equipo sin ganar, en las que tan sólo ha sumado dos puntos, y la necesidad de buscar una solución y un revulsivo para acabar con esta racha, han sido los motivos que han llevado a la UD Almería a tomar esta difícil solución".
En dicho comunicado el club aprovechaba para agradecer la entrega de Francisco a los colores: "El club quiere agradecer públicamente a Francisco su profesionalidad, compromiso y dedicación a la entidad, a la que ha estado ligado durante mucho años, primero como jugador y luego como entrenador, tanto del filial como del primer equipo, al que accedió la pasada temporada consiguiendo la permanencia en Primera División".
Si entendible es el fondo de la cuestión, pues el equipo atravesaba un acusado bache de resultados unido a una preocupante falta de identidad, más cuestionables son las formas, ya que para dar explicaciones de la destitución no se personó ningún miembro del Consejo de Administración.
Excusada la ausencia del presidente, que se encuentra recuperándose de una neumonía, lo más lógico es que hubiera dado la cara el director general, Pepe Bonillo, pero en su lugar enviaron a 'tragarse el sapo' a Andrés Fernández, quien ni siquiera pudo concretar el perfil del sustituto que busca la entidad para ocupar la vacante en el banquillo: "Aún no se sabe el perfil del nuevo entrenador, en las próximas horas sabremos algo, pero la idea es que mañana [por hoy] dirija la sesión por la tarde", comentaba al respecto.
Fernández ratificaba con sus palabras la escasa confianza que la directiva tenía ya depositada en el preparador almeriense: "El equipo atraviesa su peor racha de la temporada y está en línea descedente".
El logro de la permanencia conseguida en la última jornada del curso pasado después de apostar por la paciencia en una situación aún peor (10 jornadas sin ganar) no se ha tenido en cuenta en esta ocasión, adoptando el club la determinación ya pese a que el viernes el Real Madrid visita el Mediterráneo, con el consiguiente difícil estreno para el nuevo inquilino del banquillo.
Al contrario, ha primado la posibilidad de que pueda experimentar con los jugadores en el duelo copero frente al Betis de la semana próxima antes de cerrar el año con la visita a Balaídos. Francisco sumó 50 puntos tras 52 partidos de Liga (13 victorias, 11 empates y 28 derrotas), con 54 goles a favor y 91 en contra.
Francisco ya es historia
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