domingo, 21 de septiembre de 2014

El Almería airea las carencias de la Real Sociedad

Thomas se lanza al suelo para cortar una internada de Carlos Vela.

REAL SOCIEDAD | UD ALMERÍA
Tiemblo luego existo
Rubén y los palos evitan que se repita lo que ya es costumbre 
La segunda parte estuvo controlada hasta la rigurosa expulsión de Duba
PABLO LAYNEZ |  DIARIO DE ALMERÍA

Por muchas teorías que escribiera Descartes, raramente encontraría una que explicara racionalmente los desenlaces de los partidos del Almería. Los rojiblancos usaron ayer los principales axiomas de los materialistas y de los existencialistas: lo importante eran los puntos, y se los llevaron más allá del juego, las ocasiones y unos últimos minutos de tembleque continuo. Tiemblo, luego existo. Tres puntos, que es lo que cuenta y que deben de servir para dar más tranquilidad y seguridad a un once ayer tan compensado como dinámico.

Una única novedad, pero una novedad tan necesaria como precisa. Ramón Azeez equilibró a un Almería que ya no se dedicó sólo a correr como lo hacía el coyote tras el correcaminos para atacar, sino que se sirvió de otras estrategias para buscar el gol y no eran marca Acme. El equipo recuperó muchos más balones divididos a los que antes no llegaba y tuvo más serenidad y cabeza para montar las contras. Un conjunto con tanto músculo para correr, también necesita de materia gris. Con tres hombres en la sala de máquinas, Verza también pudo incrustarse entre los centrales para ayudar en el juego aéreo y para tapar con más solvencia la aparición de los mediapuntas rivales.

Pese a tener guardaespaldas para ahuyentar al enemigo, cuando el rival presiona arriba hay muchas complicaciones para comenzar el juego y para contener las llegadas. Rubén se olvidó de las enseñanzas guardiolistas de sacar en corto y volvió al clásico patadón, lo que hizo que la batalla se librara en el centro del campo y no ante su área. Ahí las ganó más el Almería. Lo que no hacía tan bien era ser contundente en defensa y marcar su territorio. Por eso, tras un centro chut de Vela que otro día hubiera entrado y no se hubiera estrellado en la madera, Agirretxe y el propio mexicano hicieron que su afición se tirara de los pelos al ver que habían fallados goles cantados. A la Real le estaba pasando lo mismo que a los de Francisco en los tres partidos anteriores.

Los papeles terminaron de invertirse a los 28 minutos. Mucha llegada, poco gol, poca defensa, gol en contra. Una estrategia de ésas que no sale nunca, no salió, pero el rechace le fue a Dubarbier. El lateral lo puso al corazón del área, donde hace daño, desde donde se consiguen los goles, y ante la sequía de los rojiblancos, fue De la Bella el que la metió. Zubikarai salió a por uvas y el defensor le quitó a Trujillo el honor de hacer el 0-1. Como los méritos rara vez le dan resultado a los rojiblancos, ésta vez fueron más pragmáticos, más materialistas. De hecho, antes del descanso primero Granero y después Vela, tras un error clamoroso de Dos Santos, que se comió un balón aéreo, volvieron a rozar el tanto para los locales.

Pero el paso por vestuarios le vino divino a los jugadores de Francisco. Bajaron las pulsaciones, formatearon la mente y salieron con una tranquilidad y un saber estar desconocido hasta el momento. Una buena jugada de Edgar, más individualista ayer que de costumbre, y un centro que remató al palo Hemed, fue el preámbulo del 0-2. Verza hace la estrategia lógica, o quizás la más efectiva, que es un buen centro a la zona de cabeceadores, y Dos Santos remate con la contundencia y la seguridad que debe tener también en defensa. Inapelable resultado y la fortuna que iba a seguir de cara unos segundos después cuando Rubén le dio las gracias a su palo izquierdo por evitar el tanto.

Quedaba toda la segunda parte, los nervios estaban más entre la afición que entre los jugadores. Además, el meta Rubén se estaba creciendo, le había comido la moral a los arietes txuri urdines. Sin embargo, como ante el Espanyol, nadie fue capaz de dar la puntilla y el empujón que le dio Estrada Fernández a los locales, a modo de expulsión de Duba, lo aprovechó Castro para ganarle la partida a Ximo y hacer el 1-2. Seis minutos de agobio, otro cariñoso beso de Rubén a la madera de su meta y el Almería que existe en la Liga.

REAL SOCIEDAD: Zubikarai, Zaldua (Carlos Martínez 70’), Elustonto, Íñigo Martínez, De la Bella, Markel Bergara (Rubén Pardo 67’), Granero, Xabi Prieto, Carlos Vela, Canales (Chory Castro 60’) y Agirretxe.

UD ALMERÍA: Rubén, Ximo Navarro, Trujillo, Dos Santos, Dubarbier, Verza, Thomas, Azeez, Jonathan, Édgar (Thievy 75’) y Hemed (Fran Vélez 80’).

ÁRBITRO: Gil Manzano (extremeño). Amonestó al local Markel Bergara y a los visitantes Jonathan, Soriano, Trujillo, Verza, Thomas y Ximo. Expulsó por doble amonestación al jugador rojiblanco Dubarbier y a Francisco, entrenador de la UD Almería.
GOLES: 0-1 De la Bella (p.p.) (30'). 0-2 Dos Santos (51'). 1-2 Chory Castro (85').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en Anoeta.
Tiemblo luego existo
El Almería airea las carencias de la Real Sociedad - Diario de Las Palmas

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