domingo, 27 de abril de 2014

Y volver a sufrir y sufrir

almería b | albacete
Y volver a sufrir y sufrir
Tuvo la salvación en sus manos con un 2-0, pero en la segunda parte le pueden las bajas y la acumulación de tarjetas Conformidad en el descuento de ambos equipos con el punto

Pablo Laynez | Actualizado 28.04.2014 - 05:02

Sí hay algo peor que quitarle un caramelo a un niño, quitárselo y encima festejarlo ante sus propias narices. No es que el Albacete se regodeara del Almería B, con el que sí tuvo un feo gesto antideportivo al no devolver un balón en la primera parte, pero los jugadores y la afición rojiblanca se quedaron ganas de montar la fiesta que tuvieron sus homólogos manchegos sobre el propio césped del Mediterráneo. Y es que una victoria almeriense prácticamente le aseguraba la salvación, mientras que un empate o una derrota le dejaba a expensas de las últimas jornadas y le daba matemáticamente el liderato al cuadro de Sampedro.

Como por desgracia tantas veces esta temporada, el filial se quedó a cuatro minutos de sumar tres puntos que le hubieran supuesto un premio merecido y que por ganas está mereciendo: la salvación. Sin embargo, el postrero gol de Rubén Cruz, no injusto, pero sí evitable, provoca que los de Rivera tengan que sufrir posiblemente hasta el último segundo del último minuto de la última media parte del último partido de Liga. Toca confiar, al fin y al cabo tampoco hay que hacerle ascos a un empate conseguido ante el mejor equipo del grupo IV.

Lo mejor que dejó el encuentro es la sensación que el filial sabe lo que hace y cree, que es lo más importante. La primera parte que realizó fue una auténtica maravilla, pese a las bajas tan sensibles que arrastraba: Borja Lázaro, Fran Vélez y Hicham desde el minuto 23, todos titulares y artífices de la reacción del equipo en la segunda vuelta. Pese a ello, el Almería B quiso el balón desde el principio y desarboló con su velocidad a un Albacete, que no pensaba que iba a sufrir tanto en el Mediterráneo.

La defensa visitante no sabía cómo frenar los desmarques y las salidas de Nico Varela, un futbolista muy interesante que la secretaría técnica no debería dejar salir, ni cómo evitar que Dani Romera, crecido en las últimas jornadas, no se colara por el centro. El primer gol, de hecho, los tuvo a los dos de protagonistas. El extremo recorrió la banda y centro hacia el cañaero, que no pudo rematar porque Pol se marcó un autogol. La cosa comenzaba bien y se iba a poner mejor en otra jugada muy parecida. Dani Romera recibe el balón entre cuatro, espera la llegada de Cristóbal, el mejor, desde la segunda línea y chuta de primeras para que Alberto sólo pueda hacer la estatua en su línea de portería. La salvación estaba en su mano, el equipo estaba jugando bien y dando síntomas de consistencia y seguridad. De hecho, en la segunda parte tuvo varias ocasiones muy claras para haber sentenciado, pero sí que pecó de conformismo en los metros finales.

Parecía difícil que se le pudiera escapar de las manos, pero lo hizo. Un obús desde la frontal de Jorge Díaz, unido a la cantidad de tarjetas que vieron los jugadores de contención rojiblancos, que ya no podían meter la pierna para frenar el ímpetu manchego, permitó al Albacete meterse en el choque. Aún así, el Almería estaba defendiendo bien y saliendo a la contra. En un centro lateral, en el que Bonaque y Calle se agarraron, el colegiado señaló penalti y expulsión del central. Como los que no son, no entran, Víctor, lesionado, lo detuvo. Sin embargo, la baja de Bonaque fue una losa demasiado pesada y por su posición pasó un balón peinado por Calle, que remachó a gol Rubén Cruz. Empate, pero empate ante el líder, con buenas sensaciones y con la salvación aún en sus manos. Sufrir y sufrir, aunque si se consigue, sabrá mejor.
Y volver a sufrir y sufrir
Alirón en Almería. ¡¡Campeones!!

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