Escrito por César Vargas · Sportalmeria
370 minutos sin hacer un gol que no sea a balón parado son muchos minutos. Desde que Aleix Vidal hiciera el definitivo 3-0 en el 80' de partido ante el Granada, la UD Almería tan solo ha perforado dos veces la meta rival, en Bilbao y ante el Getafe en casa, ambas de estrategia.
La interminable lesión de Rodri se ha convertido en un problema de difícil solución para la entidad almeriense. La gran esperanza de Francisco y de la afición era que su club se moviese durante el mes de enero para encontrar un jugador con más gol que un Óscar Díaz que no ha convencido a nadie en los minutos que ha jugado –casi 500-, y es que el ex del Lugo sigue sin ver puerta en Liga.
No obstante, desde la dirección deportiva han preferido no mover ficha en el mercado invernal, por lo que Francisco se ha tenido que decantar por un Jonathan Zongo que se encuentra más cómodo como mediapunta o extremo. El burkinés aporta movilidad, ganas e incluso sensatez a la hora de mover el balón, pero las oportunidades de gol que genera en lo más alto del ataque rojiblanco son prácticamente nulas. Algún cabezazo y poco más se le contabiliza al canterano.
Optar por un extremo como delantero es una muestra más de que Francisco ha perdido toda la confianza que en su día depositó en Óscar Díaz y podría haberse interpretado como una señal para que Alberto Benito y Alfonso García se pusiesen manos a la obra para traer un nueve que supliera a Rodri. El presidente y el director deportivo parecen no haber captado el mensaje y ahora la preocupación de la afición rojiblanca es máxima. Aleix, Suso, Verza o Soriano pueden ver puerta, pero es el delantero centro el encargado de anotar el grueso de los goles de un equipo.
Almería anda huérfana de goleadores y fue el propio Esteban el primero en alzar la voz. El meta, al acabar el partido contra el Elche, mostró su preocupación ante la falta de profundidad del equipo. Con el final del mercado invernal han saltado las alarmas en el seno del vestuario rojiblanco, y es que esta ausencia de ocasiones de gol, sin duda, es un problema muy grande para Francisco. Habrá que incrementar los esfuerzos sobre el campo, porque parece que el objetivo de la salvación se ha puesto un poco más difícil.
Las alarmas han saltado
ESCUADRA DE MAGO :: Racanería
NICO GARCÍA | DIARIO DE ALMERÍA
Cinco encuentros de la UDA en 2014. Sólo 5 goles a favor y tres a balón parado, solo dos en jugada elaborada. Y sin goles no se consiguen puntos. Esta consecuencia viene de una razón sencilla: el único nueve del plantel unionista, el Pichichi, ya acumula una pérdida de doce encuentros oficiales. Además de la típica polivalencia que destacan en cualquier presentación de la Vega de Acá, nos vendieron que Óscar Díaz sería el hombre que competiría con Rodri en la punta de ataque. El ex del Lugo luchará mucho y lo que quieran, pero no es un goleador. Para prueba, un botón. Cero tantos en 18 encuentros que ha disputado en la Liga. Después está Jonathan, que tampoco es goleador. Jugador de la línea de tres cuartos y ya está. No punta. ¿Delantero -y titular- de un equipo de Primera? Para mearse. Y se llega al mercado de invierno y, aunque Francisco no le hace ascos a la incorporación de un delantero, Benito y Alfonso, Alfonso y Benito, no traen a nadie. Ya no es sólo que los rojblancos se hayan debilitado (Ustari, Pellerano y Christian por Julián, Hans y Mané), sino que lo más grave es la ausencia de ese goleador. Y no me valen excusas del tipo "en el mercado de invierno es difícil encontrar algo potable". ¡Que en eso consiste su trabajo! Para más inri, los rivales directos se han reforzado. La no incorporación de un nueve y el debilitamiento de la plantilla en enero no es algo que sólo afecte al plano deportivo, sino que la afición también se siente desilusionada con Alfonso. Al menos, eso es lo que percibo en el ambiente, leyendo y escuchando opiniones de aficionados. El pasado ya no sirve, sólo el presente. Y en el presente Alfonso está más pasota que nunca. Una cosa es ser un club saneado y otra un club rácano. Menos ambición y por lo tanto menos ilusión, el fundamento del fútbol.
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