Aplaude los goles santanderinos y castiga con una pitada la eliminación de la UDA ante un Segunda B
ALMERÍA 360 | PACO ALONSO
La cifra oficial sitúa en 4.872 los presentes en el Mediterráneo para presenciar lo que se demostró que había sido la crónica de una muerte anunciada. Sobre el tapete verde había dos modos de entender la eliminatoria del torneo del KO, y quedó patente desde el principio, con la táctica de resistir la primera parte con empate sin goles por parte de la Cenicienta para luego jugarse el todo por el todo en los momentos decisivos, y la de sestear y dejar correr el tiempo sin mordiente y sin buscar resolver el que por lógica, presupuesto, categoría y plantilla debería de haber sido un trámite. Como testigo de todo ello, la afición rojiblanca, esos casi cinco millares de fieles que retaron al horario y a la desidia para demostrar su apoyo al Racing, pero entendido como un sentimiento, y para animar una vez más al Almería.
Ella fue, la grada, la que salió reforzada ante toda España, dando un ejemplo maravilloso de deportividad y de solidaridad, tomando conciencia de las penurias que atraviesan unos jugadores a los que premiaron su profesionalidad aplaudiendo los goles que hicieron a su equipo. Pasó en el primero, de Mariano, ello seguido de una sonora pitada a la UDA, y se repitió en el segundo, de Rubén Durbán, igualmente continuado con música de viento para sus jugadores. La escena más entrañable se presenció una vez finalizado el choque, puesto que dolidos por el 0-2, muchos de los integrantes de la grada esperaron para despedir entre aplausos a los racinguistas. Ya antes de todo ello la Grada Joven había lucido concienciación con la situación tan delicada de la centenaria institución cántabra con un rotundo SOS Racing exhibido en pancarta durante un minuto.
Pero lo dicho, el empuje desde las butacas fue para los locales, que no correspondieron a su hinchada y dejaron claro que no interesaba absolutamente nada acceder a los cuartos coperos. Francisco puso el mejor once posible dentro de la convocatoria que él mismo había confeccionado, en la que hubo demasiados descartes por decisión técnica sabidas las bajas por sanción y por lesión. Con un 1-1 en la ida es mucho arriesgar el dejar fuera a nueve futbolistas de la primera plantilla, pero así se hizo y el resultado se resume perfectamente con el mismo marcador del partido, un 0-2 que pudo ser incluso un 0-3 si no es porque Koné se hizo un lío ante Ustari. Encima, el verse apeado por un Segunda B se produce justo después de haber recibido un set en Bilbao y justo antes de visitar una cancha tan complicada como la de Villarreal. Eso se llama inoportunidad.
La primera parte fue el paradigma del aburrimiento, con el Almería entrando a la perfección en los deseos de que el partido avanzara sin que nada sucediera por parte del Racing. Se sabía que ese era su objetivo, y la UDA no puso remedio posiblemente entendiendo que el empate inicial le servía para pasar ronda, asumiendo así más riesgos añadidos a la pobre convocatoria. Koné, que la lió en el partido de ida, seguía guardando fuerzas en el banquillo para volver a liarla en el de vuelta, y encima si alguien se aproximó más a la meta ese fue el cuadro visitante con Oriol y Rubén Durán en los minutos 5 y 6. Suso chutó arriba en el 9 y un poco más tarde un centro del debutante Fran Vélez que tocó en la defensa se envenenó y buscó puerta pero fue respondido perfectamente por Mario. Miguélez por un bando y Óscar Díaz por otro cogieron el testigo de las tímidas intentonas, pero eran con demasiada poca fe.
La primera batalla la había ganado el Racing, vivo al descanso y coleando en la segunda mitad. Salió de inicio Koné, y ya viendo que cualquier jugada desgraciada te podía dejar fuera, los de Francisco quisieron estar más activos si lograrlo del todo. Marcelo Silva remató de cabeza fuera y en una posterior jugada con centro desde la derecha el que conectó el cuero con la testa para meterla dentro fue Mariano. Era el minuto 62, quedaba mucho para al menos buscar la prórroga, pero el Almería no dio sensación alguna de peligro hasta que ingresó en el terreno de juego Barbosa. El portugués se ofreció y pretendió tirar del carro, pero era demasiado tarde y encima el mejor del partido, Durán, enganchó un disparo cruzado desde dentro del área para batir de nuevo a Ustari. La sentencia había sido dictada en el minuto 78, ya que había que marcar tres tantos.
Corona lanzó una falta buscando la escuadra que se marchó por poco y Barbosa cabeceó con peligro, pero Koné fue el que peor lo hizo al hacerse un lío en un mano a mano con el meta argentino habiendo tenido mucho tiempo para saber que hacía con el balón. El portero se la sacó evitando lo que habría sido un mayor bochorno, y el pobre de Marcelo Silva recibió parte de la ira del público tras primero cabecear muy bien una balón colgado para después controlar con el pecho y mandar el cuero a las nubes estando solo, en un fallo clamoroso de la defensa del Racing tirando el fuera de juego. Posiblemente sea de los menos culpables, pero es comprensible el enfado del respetable al no ver en sus jugadores la actitud que sí que reconocieron en los contrarios. La lectura posterior es la de que mejor haber sido eliminados, pero a nadie le gusta ver perder a su equipo, y menos de ese modo.
UD Almería: Esteban; Fran Vélez (Kiu, min. 76), Marcelo Silva, Trujillo, Mané (Barbosa, min. 64); Tébar, Corona; Aleix Vidal, Suso, Raúl García; Óscar Díaz (Hicham, min. 66)
Racing de Santander: Mario; Orfila, Oriol, Barrio, Iñaki; Andreu, Granero; Miguélez (Juanpe, min. 80), Durán (Fede, min. 90), Saúl García (Koné, min. 46); Mariano
Goles: 0-1, min. 62: Mariano; 2-0, min. 78: Rubén Durán
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Amonestó a Fran Vélez (min. 15) y a Hicham (min. 73) por parte del Almería y a Saúl García (min. 28) y a Mariano (min. 67) por parte del Racing.
Incidencias: Partido de la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 4.872 espectadores. Antes del inicio del choque se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de Celeste Ramos, hermana de Nelson. Grada Joven mostró un cartel para darle ánimos al lateral rojiblanco y una más que decía literalmente SOS Racing. El estadio aplaudió los tantos racinguistas.
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